Los habitantes del corregimiento Bocas del Rosario, en Puerto Wilches, aún no salen de la conmoción luego del brutal ataque que un hombre le propinó a su pareja sentimental en la noche del jueves.
Eran cerca de las 9:00 pm, cuando los gritos desesperados de una joven de 20 años que residía en la finca Las Flores, alertaron a una vecina, quien se percató que una mujer recibía una golpiza por parte de su pareja sentimental.
Ante el hecho violento, la vecina corrió para alertar a los demás habitantes y evitar que el hombre terminara asesinando a su compañera sentimental.
“Una vecina que vive en una finca ahí cerca escuchó los gritos y corrió hacía el pueblo a avisarle a la comunidad que en esa finca estaba pasando algo. La mayoría de los hombres corrieron a ver la situación y se encontraron con que ella estaba afuera de la casa, tirada, desnuda”, relata una habitante del corregimiento.
La escena era aterradora y el ataque que recibió la víctima fue brutal. La mujer estaba ensangrentada, con graves golpes en distintas partes y agresiones en sus genitales, “esa imagen fue espantosa, la golpeó con un palo y al parecer también se lo introdujo por los genitales y eso le causó una hemorragia; ella se veía muy mal y la comunidad fue quien la auxilió; donde no lleguemos ese tipo la mata”, relató.
Posteriormente el grupo de pobladores intentó detener al hombre, pero en ese momento fue imposible puesto que el sujeto cargaba un machete y a uno de sus hijos, “en este caso no podíamos hacer nada por temor a que le hiciera algo a los niños; nosotros le pedíamos que nos entregara a los niños pero él se escudaba detrás de ellos y no pudimos hacer nada”, dijo uno de los vecinos que presenció el hecho.
Esa noche lo único que pudieron hacer los habitantes del sector fue auxiliar a la joven y dejar que el presunto agresor pasara la noche con sus hijos, en la finca.
Al día siguiente los pobladores se percataron que el hombre ya no estaba en su lugar de residencia: había emprendido la huida con sus dos hijos, por lo que la comunidad comenzó la búsqueda. “Lo encontraron en el sector de remolino, dejó a los niños a la orilla y se tiró al río pero la comunidad se fue para seguirlo en canoa y cuando ya él se cansó de nadar se dejó detener”.
La comunidad le ató las manos y lo trasladó hacia una zona central, en donde lo amarraron a un árbol, mientras llegaban las autoridades, “él estuvo ahí desde las 9:00 am del viernes. Pese a que esto está a tan solo 45 minutos por agua, las autoridades llegaron tres horas después para detenerlo”, dijo el testigo.
De la pareja se supo que es proveniente del municipio de Hatillo de Loba (sur de Bolívar); el hombre es agricultor y ella ama de casa, ambos habían llegado con sus dos hijos hace un mes a la zona. Los pobladores aseguran que nunca en el corregimiento habían vivido un caso tan atroz.