Aunque en las audiencias concentradas William Alfonso Trejos Carlis, conocido como ‘Mi Negro’, de 36 años, reconoció que había sido uno de los asesinos del docente Álvaro Díaz Pineda, su esposa Loiden Acuña Pérez y sus dos hijos en zona rural de Landázuri; una vez comenzó el juicio se retractó.
Este hombre quien fue el único de los cinco presuntos agresores que sobrevivió luego de que la misma comunidad los linchara al conocer el macabro hecho, fue detenido el 14 de septiembre del año pasado, tres días después de la masacre y desde entonces se encuentra confinado en una celda a espera de una condena.
‘Mi Negro’ fue procesado por homicidio agravado, tentativa de homicidio, hurto calificado y agravado, incendio, daño en bien ajeno; y ocultamiento, alteración o destrucción de elemento material probatorio.
Según la Fiscalía, a pesar de lo que manifestó el hombre luego del juicio, una juez penal desestimó esa posición y emitió un fallo condenatorio para este hombre, sin embargo el tiempo de la condena se conocerá el próximo 28 de abril.
Traicionó la amistad
Entre los resultados de la investigación de las autoridades, la Fiscalía determinó que este hombre, en compañía de los presuntos homicidas linchados, ingresó a la residencia, las atacó con armas cortopunzantes, robó elementos de valor, y quemó los cuerpos con la casa, para no dejar rastros.
Se conoció que el delito de esta persona fue posible por la cercanía que tenía con el docente, para quien trabajaba, lo que le permitía entrar y frecuentar la casa en donde sucedieron los hechos.
El terror de la masacre
Los escalofriantes testimonios de la única superviviente, una empleada doméstica del docente que también resultó herida, dan una idea del horror detrás de la masacre y la agonía por la que pasó esta familia antes de ser asesinada e incinerada.
Según la mujer, a los hijos los degollaron frente a sus padres mientras hacían exigencias económicas, y así mismo a las mujeres que eran una niña y la esposa las abusaron sexualmente antes de asesinarlas.
Fue probablemente por la maldad que se perpetró contra esta familia, que la comunidad enardecida buscó por todo el territorio a los agresores, quienes huyeron en distintas direcciones, pero finalmente los encontraron.
Por estos homicidios, ninguna persona de la vereda Buenos Aires, donde ocurrieron los hechos fue judicializada.
‘Mi Negro’ se salvó porque fue encontrado por algunos campesinos que le ‘perdonaron’ la vida, y lo trasladaron a una escuela de la vereda.
Una vez la comunidad se enteró, rodeó la institución educativa exigiéndole al rector que lo sacara, sin embargo, el hombre esperó a la Fiscalía que se lo llevó y judicializó.