En un puesto de control instalado en el kilómetro 14 de la vía entre La Lizama y San Alberto, la Policía de Tránsito y Transporte de Santander logró la incautación de un kilo de clorhidrato de cocaína que venía en una encomienda.
El dispositivo se instaló en el sector conocido ‘La Payoa’ y tras requisar una caja se halló en su interior dos tarros de un suplemento vitamínico que llevaban el alcaloide oculto.
Los alucinógenos eran transportados en una empresa de mensajería que cubría la ruta entre Cali y Barranquilla.
Su costo puede alcanzar los 9 millones de pesos en el mercado internacional. Se estima que el destinó era Europa.
El comandante de la Unidad de Tránsito, el coronel Ómar Castillo, destacó la acción por tratarse de uno de los primeros golpes en el año contra las bandas dedicadas al tráfico de estupefacientes en Colombia.
“Es la modalidad conocida como ‘ocultamiento’ con la que se pretende que nuestros hombres y nuestros guías caninos no la detecten en los diferentes puestos sobre las vías nacionales. Vamos a determinar a qué grupo ilegal pertenecía”, señaló.