La muerte de un recluso que se encontraba pagando una condena en la cárcel de Palogordo en Girón ocurrió a las 7 de la mañana del pasado sábado.
De acuerdo con el reporte del Inpec se trata de Juan David Vargas Monsalve, de 34 años, que había sido trasladado de la ciudad de Medellín.
Su cuerpo fue hallado suspendido de una soga en una celda de la Unidad de Tratamiento Especial, un lugar donde se encuentran los reos que sufren alguna enfermedad contagiosa o aquellos que tienen problemas de convivencia.
Tras su deceso, catalogado como un suicidio, se conoció un comunicado firmado por el Movimiento Nacional Carcelario, MNC, en el que cuestionan la atención a los reclusos que padecen problemas de salud mental.
En el documento señalan que Juan David se encontraba, como muchos privados de la libertad, en estado de depresión por su desarraigo familiar y la inhumanidad de la vida carcelaria.
Además el movimiento denuncia que de acuerdo con la versión de otros internos, su compañero llegó con signos vitales al área de sanidad, pero ante la falta de un médico de turno no recibió la atención oportuna y falleció.
“Esta muerte ocurrida en la cárcel de Palogordo se suma a otras 5 que han ocurrido en extrañas circunstancias en la cárcel ‘La Tramacúa’ de Valledupar. Nada más doloroso e indignante para sus familiares y compañeros de prisión que asistir a la pérdida de una vida estando en prisión”, se resalta en el escrito.
El MNC solicitó a la Fiscalía y Procuraduría iniciar las investigaciones para esclarecer esta muerte.
Por su parte el veedor de los derechos carcelarios, Hernando Mantilla, manifestó que faltan programas que permitan reducir la ansiedad tras las rejas.
“Otra vez se evidencia el daño que causa el encierro a los privados de la libertad. En los últimos meses se han dado varias muertes. Una situación muy lamentable. El encierro y el hacinamiento producen angustia, depresión y todo eso sumado al consumo de sustancias alucinógenas son bombas de tiempo que traen consecuencias nefastas”, señaló.