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Detalles del trágico feminicidio que ocurrió en Bucaramanga

Un tema de repartición de bienes, sumado a la pérdida de un hijo en plena pandemia, tenían desgastada la relación de la pareja. Esto se sabe.

Los disparos que levemente escucharon empleados y residentes de un reconocido hotel de la ciudad, ubicado en la calle 34 entre carreras 13 y 14 del centro de Bucaramanga fueron la premonición de que una tragedia había sucedido en ese sector.

Y tristemente así fue, Hernán Darío Herrera García, de 58 años, decidió acabar con su vida disparándose en la cabeza no sin antes tomar de forma reprochable e indiscriminada la vida de Fabiola Castellanos Bayona, su expareja, con quien había tenido tres hijos y compartido muchos años de relación.

El feminicidio se dio aproximadamente a las 11:20 de la mañana de ayer dentro de un establecimiento de comercialización y fabricación de textiles que pertenecía a la mujer, de 50 años.

El local estaba en el segundo piso del edificio que también contaba con habitaciones para residentes temporales, y lo que se conoció es que Hernán Darío subió hasta ese lugar, y comenzó a pelear con Fabiola, mientras los empleados, perplejos observaban la situación.

A medida que subían los humos y se ofuscaba el agresor, los gritos también iban en aumento hasta que Herrera García, exacerbado desenfundó un arma de fuego y sin dar muchas explicaciones la accionó en cinco ocasiones contra Fabiola, apuntándole a la cabeza y a sus caderas.

Los empleados que se presenciaron el aberrante caso, temiendo por su integridad, salieron corriendo de allí.

Desde ese momento el caos se apoderó no solo del edificio sino de toda la cuadra que, una vez escucharon los disparos enmudecieron esperando que algo más sucediera, y efectivamente segundos más tarde otro disparo se escuchó, el último en la recámara.

Hernán Herrera fue trasladado por las autoridades a un centro asistencial, sin embargo falleció horas después. / FOTO: Q’hubo.

Esta bala que también disparó Hernán Herrera tenía como objetivo su propia cabeza, agobiado al ver el cuerpo de Fabiola sin signos vitales en frente suyo.

La Policía alertada por una docena de personas asustadas no tardó ni cinco minutos en llegar al local en donde hallaron todavía agonizante al agresor, por lo que sin dudarlo lo subieron a una patrulla y trasladaron al centro asistencial más cercano con la esperanza que pudiera sobrevivir y que pagara por el sufrimiento que había dejado tras de sí.

Sin embargo su disparo, al parecer, apuntado desde su mandíbula hasta la cabeza fue demasiado para él, y a pesar de la cirugía y cuidados que recibió por parte del equipo médico que lo atendió, falleció horas después del hecho.

Una de las empleadas del hotel que alcanzó a escuchar la discusión y disparos, y conocía a ambas víctimas, tuvo que ser atendida por varios paramédicos minutos más tarde, pues entró en un fuerte estado de shock que sumado a sus incesantes lágrimas, afectaron gravemente su respiración.

Los uniformados iban y venían así como docenas de curiosos que, al ver la cantidad de personas que se encontraban observando el edificio preguntaban lo sucedido, y se lamentaban al enterarse.

Así mismo, con el tiempo familiares y allegados de ambos occisos llegaron al lugar, y no salían del asombro, porque los dos fueron descritos como personas amables, sobrias y tranquilas.

Tiempo después llegaron unidades de la Fiscalía y la Sijín para adelantar las pesquisas, recolectar información con testimonios de familiares y hacer el levantamiento del cuerpo de Fabiola Castellanos.

La mujer recibió cinco disparos entre la cabeza y la cadera, el hombre se suicidó de un disparo en su cabeza. / FOTO: Marco Valencia.

Un divorcio mortal

Q’hubo conoció de forma extraoficial que la pareja tenía cerca de seis meses desde que decidieron terminar su relación, y al parecer, la discusión que desencadenó la tragedia fue por una situación relacionada con eso.

La pareja había decidido hacer una repartición de bienes, para dar legalmente por terminado su vínculo, pero en el trámite de ese consenso se desencadenó el fatal desenlace. Al parecer, por regalías de la empresa de textiles donde murieron ambos.

Sin embargo, por testimonios de allegados, es bien sabido que era Fabiola quien estuvo durante muchos meses a la cabeza de la compañía.

La pérdida de su hijo
Aun así, la rabia descargada entre el ex marido de Fabiola contra ella, también pudo ser precedido por otra tragedia que ya los había marcado dos años atrás.

El hijo mayor, primer fruto de la relación que ambos tuvieron, murió en tiempos de pandemia, hace dos años atrás por un accidente de tránsito que tuvo, según el testimonio de allegados, en la vía Piedecuesta – Floridablanca.

Allí, este hombre perdió el control del vehículo y chocó contra un andén que, debido a la velocidad que tenía fue suficiente para que acabara con su vida.

“Ellos nunca lograron recuperarse del todo de su pérdida, el vacío que dejó en su familia, el hueco de sentimientos albergados ante la muerte y las emociones reprimidas por el dolor, poco a poco fueron afectando el matrimonio hasta que finalmente decidieron separarse”, dijo una allegada a Fabiola.

Por otro lado, según las investigaciones que hizo la Policía con conocidos de Hernán ese mismo día, concluyeron que su comportamiento esa mañana había sido extraño, lo que significaría que ya podría albergar en su mente esos terroríficos planes de acabar con su vida y la de Fabiola.

“Desde la mañana se le había notado pensativo, él normalmente venía a tomar café acá y hablaba con alguien por lo menos, pero esta mañana (ayer) antes de entrar al hotel pidió un café pero estaba inquieto, además tenía un bolso que nunca le habíamos visto”, dijo un conocido de Hernán.

Los curiosos estuvieron durante todo el procedimiento policial observando a los uniformados y familiares dentro del edificio. / FOTO: Marco Valencia.

¿Hasta cuándo la intolerancia?

Desde la celebración de Noche Buena hasta hoy, en Bucaramanga y el área metropolitana han ocurrido con este tres hechos de sangre por intolerancia.

El primero fue en el barrio Villa Rosa, al norte de Bucaramanga, allí Yul Brainer Ramírez Toloza de 22 años recibió dos disparos contra uno de sus vecinos, luego de que le pidiera que no quemara pólvora cerca de su casa.

El segundo se dio en el barrio El Poblado de Girón cuando el asesino y la víctima (Héctor Francisco Amaris Nova) pelearon porque uno de ellos al caminar, le hizo caer el casco de motocicleta que tenía en su mano.

Y el tercero fue este trágico hecho que ocurrió en el centro de Bucaramanga.

“Hay que buscar una solución con tolerancia y el diálogo. Arreglar los problemas de una forma no violenta porque llegar hasta los homicidios deja víctimas y secuelas que en ocasiones duran para siempre en las familias. Por ejemplo acá se observan familiares cercanos adoloridos y tristes, así como empleados del almacén también muy conmocionados”, dijo el coronel José Óscar Jaramillo comandante operativo de la Policía de Bucaramanga.

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