Enviar a su hija a comprar el pan se convirtió en toda una pesadilla. Esta terrible historia comenzó cuando María del Carmen García le pidió a su niña de trece años que fuera hacerle un mandado, pero no se imaginó que en el camino uno de sus vecinos la intimidaría con una navaja y luego la violaría en un bosque cercano.
Luego de abusar de la menor, Antonio Cosme Velasco la dejó ir y la pequeña le confesó a su madre lo que había sucedido, por lo que el hombre fue acusado ante la justicia, pero el hombre se declaró inocente a pesar de que los informes médicos demostraron que había rastros de semen en la ropa interior y el cuerpo de la menor.
Debido a esto, el proceso de condena tardó demasiado y la familia de la víctima comenzó a ser hostigada y tuvo que mudarse para no verle la cara a diario al abusador. Tras años de demandas y procesos legales, por fin el violador fue condenado a nueve años de prisión y debió pagarle a la joven una indemnización de cerca de 90 millones de pesos.
El hecho, que se registró en España hace un par de años, tomó otro tinte luego de que la madre de la niña, llevada por la ira, quemó vivió a este hombre, pues no soportó que el sujeto luego de su condena tuviera permisos para salir a las calles y hacer lo que se le antojara.
La mujer, consternada por lo que le había pasado su hija, se encontró con el hombre y tras la pregunta del pillo por la menor, María del Carmen, la mamá de la pequeña, no aguntó más y lo quemó vivo.
La mamá tomó unos fósforos y una botella de plástico con gasolina y se dirigió hacia Cosme; lo roció con el líquido y le prendió fuego mientras le decía: “para que no me olvides”.
La mujer fue arrestada por homicidio, aunque su acto fue catalogado como heroico y hasta la apodaron ‘La madre justiciera’. A pesar de eso, García fue condenada a cinco años y medio de prisión.
El caso volvió a ser recordado debido a que las acciones de la mujer han sido tomadas como referencia y las víctimas de abuso ahora buscan asesinar a sus abusadores.
El más reciente caso se dió en Estados Unidos, cuando una joven de 18 años que fue víctima de tráfico sexual confesó haber asesinado a uno de sus violadores y además intentó prenderle fuego para que pagara por lo que la hizo.
