En las alturas del octavo piso de un edificio en el Cercado de Lima, el destino de Gloria María Mesías Medrano, una joven y exitosa administradora de empresas, quedó sellado en la noche del 8 de octubre de 2023. A primera vista, todo apuntaba a un suicidio, pero detrás de la caída se escondía una verdad más oscura, un relato que desenmascararía a un esposo que convirtió el amor en un acto de traición letal.
Gloria, de 33 años, era una profesional destacada en el sector hotelero y turístico, políglota y viajera incansable. Su vida parecía un ejemplo de éxito, pero en el corazón de su matrimonio con el cantante venezolano Rafael Alejandro Urdaneta Álvarez, los cimientos se tambaleaban. Ella sostenía económicamente la relación, financiaba los estudios de su esposo y cubría los gastos mientras él intentaba abrirse camino en la música. A pesar de esa generosidad, el amor perfecto que proyectaban era solo una ilusión.
La noche de la tragedia
Las cámaras de seguridad del edificio fueron testigos silenciosos de los últimos momentos de Gloria. A las 6:44 p. m., la pareja ingresó al ascensor, intercambiando gestos de cariño. Más tarde, el ambiente cambió. A las 8:29 p. m., Gloria envió un mensaje a su hermano. En él, confesaba su temor y pedía ayuda. “No sé si estoy exagerando, pero algo no está bien”, escribió, seguido de un desesperado “ayúdame” repetido tres veces.
El clímax llegó poco después. A las 9:00 p. m., Rafael fue captado descendiendo solo en el ascensor, con una actitud desconcertantemente relajada. Al pie del edificio, yacía el cuerpo de Gloria, cuya caída había sido disfrazada como un acto desesperado de su parte. Sin embargo, las pruebas contarían otra historia.
La madre de Gloria llegó rápidamente al lugar tras recibir los mensajes de su hija. Rafael intentó aparentar preocupación, pero las cámaras y los testimonios no jugaron a su favor. La Policía descubrió que había arrojado a su esposa desde el tragaluz del edificio. La simulación del suicidio era tan meticulosa como fría.
Durante los nueve meses que siguieron al crimen, Rafael continuó con su vida como si nada hubiera pasado. Participó en eventos musicales, manteniendo la máscara de un hombre inocente. Sin embargo, las investigaciones avanzaron silenciosas pero contundentes.
La caída del cantante
En junio de 2024, Rafael Alejandro Urdaneta fue detenido y llevado a la Dirección de Investigación Criminal (Dirincri). Las pruebas en su contra eran abrumadoras. La Corte Suprema de Justicia de Lima dictó prisión preventiva por nueve meses, mientras se le acusaba formalmente de feminicidio.
La reconstrucción de los hechos reveló su frialdad y premeditación. Los seguros de vida, la dependencia económica y el control emocional que ejercía sobre Gloria fueron los pilares de un crimen que destruyó una vida y dejó una marca imborrable en su familia.