Los tambores de una guerra a gran escala, con las principales potencias mundiales involucradas, parecen resonar con una intensidad no vista en décadas.
Esta creciente tensión tiene sus raíces en la invasión de Ucrania por parte de Rusia, y ha ido aumentando con el tiempo a medida que el conflicto se ha prolongado. En este momento, la OTAN enfrenta desafíos considerables para asegurar una victoria en el campo de batalla.
Este panorama, que podría desencadenar una gran guerra entre la OTAN y Rusia, se vuelve cada vez más plausible si observamos los acontecimientos de las últimas semanas. Declaraciones tanto de Macron sobre un posible despliegue de tropas de la OTAN en suelo ucraniano, como de Putin sobre una escalada nuclear, han contribuido a esta preocupación creciente.
Pero no termina ahí. Recientemente, el Instituto para el Estudio de la Guerra (ISW) de Estados Unidos resaltó que “varios indicadores financieros, económicos y militares rusos sugieren que Rusia se está preparando para un conflicto convencional a gran escala con la OTAN, no inminente pero probablemente en un plazo más corto de lo que algunos analistas occidentales han planteado inicialmente”.
En este contexto, el ISW destacó ciertos signos que sugieren que la posibilidad de un conflicto internacional es ahora más probable que nunca. Uno de estos indicios es el decreto militar emitido por Putin, mediante el cual restableció los distritos militares de Moscú y Leningrado. Este movimiento se percibe como una clara evidencia de la preparación que está llevando a cabo Rusia.
Durante una alocución televisiva, el jefe del Kremlin destacó que, además de detener a los cuatro terroristas y “en total” a otros siete cómplices, las fuerzas de seguridad intentan encontrar las bases de los terroristas y a quienes les ayudaron con el transporte, itinerario para la fuga y les proporcionaron un escondrijo para el armamento y la munición.
La Presidencia ucraniana negó el viernes categóricamente que Kiev tenga algo que ver con el atentado en territorio ruso, refutación respaldada por Estados Unidos.Recordó que los rusos conocen de primera mano lo que es la amenaza terrorista, en clara alusión a los atentados perpetrados hace años por la guerrilla islamista del Cáucaso.
“Esperamos la cooperación con todos los países que comparten sinceramente nuestro dolor y están dispuestos en la práctica a aunar esfuerzos en la lucha contra el enemigo común, el terrorismo internacional en todas sus manifestaciones”, afirmó.
El líder ruso destacó que las autoridades ya han reforzado las medidas antiterroristas en la capital, la adyacente región de Moscú, donde tuvo lugar el siniestro, y el resto del país. Para ello sacaron las fuerzas militares del país, militarizando y salvaguardando la vida de los civiles.
