Héctor Guerrero Flores es conocido con el alias de ‘Niño Guerrero’ y es el cabecilla de la temida banda venezolana ‘El Tren de Aragua’.
El hombre había hecho de su prisión su fortín de operaciones, sin embargo, su paradero ahora es desconocido y se presume que está prófugo de las autoridades.
Fueron once mil los policías y militares que llegaron en la mañana del pasado 20 de septiembre a la prisión de Tocorón (al suroeste de Caracas).
La intención de las autoridades, dijeron, era desarticular el poderío delincuencial que ejercían las bandas criminales desde el penal. Allí está, o estaba, “Niño Guerrero”.
“Hemos impedido una fuga masiva y hemos controlado a todos los privados de la libertad y también hemos capturado a algunas personas con armamento”, dijo el ministro para Relaciones Interior, el venezolano Remigio Ceballos.
La prisión de Tocorón fue el escenario también del centro de operaciones del Tren de Aragua.
En el penal, los cabecillas de la banda disponían de discoteca, piscina, parques infantiles, restaurantes, bares, cajeros automáticos y hasta un zoológico en el que exhibían jaguares, pumas y avestruces.
Son esas comodidades las que el Observatorio Venezolano de Prisiones cuestionó. De hecho, la ONG aseguró que –desde la intervención militar en el penal– no se tiene rastro de “Niño Guerrero”. Presumen, incluso, que el criminal ya está fuera del país.
“Tanquetas, motos y muchos militares fueron vistos por la cárcel, pero lo cierto es que dentro del recinto penitenciario nadie opuso resistencia porque los más violentos; es decir, los ‘pranes’ (cabecillas de las cárceles), ya habían negociado el desalojo del recinto penitenciario y emigraron del país hace más de una semana.
El Gobierno, por su parte, alegó que huyeron por túneles que tenían salida hacia el lago de Valencia”, denunció el Observatorio.
De acuerdo con las autoridades, durante la inspección a la prisión se encontraron 14 armas largas y dos cortas, 40 granadas antitanques y 400.000 municiones de diferente calibre.
“Es un hecho de ‘El Niño Guerrero’, sus luceros y lugartenientes, negociaron su salida impune del penal, pero ahora comienza el operativo de recaptura para que no se les ocurra abrir la boca contra aquellos que ahora pretenden lavar su imagen con shows mediáticos y a costa del sufrimiento de miles de presos y sus familiares”, denunció el Observatorio.
La vida delicuencial de Niño Guerrero inició en 2005, ese año lo acusaron de disparar contra un policía. Sin embargo, su primera detención ocurrió en 2010 cuando lo ingresaron a Tocorón por delitos de narcotráfico, homicidio y robo.
Guerrero Flores escapó en 2012 del penal y un año después fue capturado: lo trasladaron al mismo penal. Fue en 2018 que recibió una condena de 17 años de cárcel por los delitos de homicidio, tráfico de drogas, usurpación de identidad y ocultamiento de armas de guerra.
Desde la prisión, Niño Guerrero se encargó de comandar todas las líneas delictivas del Tren de Aragua. Logró que sus tentáculos fueran expandidos a otros estados venezolanos y, con el tiempo, consolidó presencia criminal en Colombia, Perú, Chile, Ecuador, Brasil y Panamá.
Las cifras indican que el Tren de Aragua cuenta con 4.000 hombres en sus filas en toda América Latina. Se dedican a delinquir con extorsiones, secuestros, robos, estafas, minería ilegal, contrabando, sicariato, narcotráfico, trata de personas, venta de armas y lavado de activos.
Desde el Observatorio advirtieron que, mientras el Estado venezolano no confirme el paradero de Niño Guerrero, todos los países, en los que hay presencia del Tren de Aragua, deben estar bajo alerta por la posible recepción de este criminal.