Los fallecidos por los devastadores terremotos del lunes llegan ya a los 11.200, de los cuales 8.574 se registran en Turquía y 2.662 en Siria. Además, hay más de 42.000 heridos y muchos de los servicios básicos en la región están destruidos.
En Turquía, donde tuvieron su epicentro los temblores de magnitud 7,7 y 7,6, el último recuento oficial sitúa la cifra de heridos en más de 38.200. Los equipos de ayuda han logrado rescatar a unas 8.000 personas con vida de los casi 6.000 edificios destruidos.
Los equipos de socorro se esfuerzan por acelerar los trabajos para salvar a quienes permanecen bajo los escombros con temperaturas gélidas de hasta -6 grados y con las infraestructuras básicas muy dañadas.
En las últimas horas se han producido varios rescates de personas que llevaban mas de 50 horas sepultadas por los cascotes mientras que los equipos especializados excavan en una búsqueda cada vez más desesperada.
En numerosas zonas afectadas en Turquía los vecinos critican que no ha llegado ayuda alguna, las familias no pueden volver a sus viviendas incluso cuando siguen en pie por el temor a derrumbes y servicios como el agua, la electricidad y la calefacción han dejado de funcionar en pleno invierno.
Aunque decenas de países han prometido ayuda a Turquía y muchos equipos se encuentran ya en el terreno, el desafío es rescatar a los atrapados bajo los escombros lo antes posible porque el frío reduce sus posibilidades de supervivencia.
Más de 2.000 fallecidos sólo en Siria
En Siria, inmersa en una guerra civil desde hace doce años, la información sobre víctimas proviene, por un lado, del Gobierno de Bachar al Asad y, por otro, del último enclave del país controlado por la oposición.
El último recuento eleva a 2.092 personas muertas y otras 4.000 las heridas, mientras cientos de personas continúan atrapadas entre los escombros.
Las áreas de las provincias noroccidentales de Idlib y Alepo, en manos de la oposición y fronterizas con Turquía, concentran el mayor número de víctimas, con 1.280 fallecidos y más de 2.600 heridos, según el grupo de rescatistas Cascos Blancos