El portugués Carlos Queiroz, seleccionador de Egipto, afirmó este domingo que dejó de ser entrenador de Colombia porque le hicieron “cajón”, una mala jugada, y achacó la principal responsabilidad de eso a la presión del directivo Álvaro González Alzate.
“Mi salida de la selección Colombia o ‘cajón’ fue, como es bien sabido, el resultado de un trabajo fino realizado por el propio González Alzate, figura con un vasto y reconocido currículum que trabaja detrás de bambalinas en el fútbol colombiano”, expresó Queiroz en una carta publicada por Marca Colombia.
González Alzate, un veterano directivo que en la actualidad es uno de los vicepresidentes de la Federación Colombiana de Fútbol (FCF), aprovechó, según el portugués, “el poder y los votos que maneja” para ejercer presión, “inclusive sobre sus pares, para alcanzar sus intereses personales”.
La declaración de Queiroz es una respuesta a lo dicho por el directivo, que la semana pasada afirmó al diario La Patria, de Manizales, que el entrenador portugués “presentó su renuncia ante el presidente de la Federación”.
“Nunca he presentado una solicitud de renuncia a mi rol como entrenador de la Selección Colombia, quedando esto claramente evidenciado en los documentos de indemnización que la Federación Colombiana propuso firmar para garantizar mi destitución”, agregó Queiroz.
Incluso dijo que González Alzate fue “la primera persona en exigir” su dimisión a Ramón Jesurun, presidente de la FCF.
“Las declaraciones del señor Alzate, son falsas y mentirosas, revelando su carácter y personalidad. En ningún momento, mi persona y mi staff desaparecimos y dejamos de tomar contacto con el personal de la Federación o del Comité Ejecutivo”, dijo.
Añadió: “Este señor no tiene la autoridad para poner en duda o criticar mí profesionalismo y el de mi staff. Quien me conoce sabe lo que es trabajar con exigencia, a todos los niveles. Nunca, en ningún momento, hemos dejado de asumir nuestras responsabilidades y mucho menos en el simple contacto con el Comité Ejecutivo”.
Incluso Queiroz reveló que un miembro de su equipo contrajo COVID-19 “en pleno ejercicio de sus funciones”, por lo que fue “aislado en un cuarto de hotel de Bogotá y sin apoyo, mientras el resto del staff salía hacia Barranquilla para cumplir con los compromisos del mes de noviembre”.
“Al regresar a Bogotá nos encontramos con una persona en un estado de depresión importante, sumando a esto la decisión de la Federación de echar al cuerpo técnico, empeoraron la situación, llevando Des McAleenan a terminar con su vida. Mientras viva, también mantendré vivo el recuerdo de Des McAleenan”, denunció sobre su entrenador de porteros, que murió en febrero del año pasado.