Mariana Pajón brilló por tercera ocasión consecutiva en unos Juegos Olímpicos. Esta vez fue en Tokio 2020, un escenario al que llegó después de superar varios obstáculos en los últimos años, para colgarse la medalla de plata en el BMX Racing.
Como hace nueve años en Londres 2012 y hace cinco en Río 2016, la colombiana se montó a su bicicleta con el objetivo de dejarlo todo en la pista y así lo hizo, solo que esta vez no le alcanzó para colgarse la medalla de oro, pero si la de plata.
Con esta presea acumula su tercera medalla en competiciones olímpicas y amplía su registro como la reina del BMX, una de las mejores deportistas del mundo y la mejor deportista colombiana en la historia de los Juegos Olímpicos.
Pajón, de 29 años, llegó a esta instancia entre las favoritas. Su clasificación a las semifinales la alcanzó con un registro limpio, tras ganar las tres mangas. En las semifinales se mostró muy fuerte en la primera serie, después terminó en el segundo lugar y en el cierre acabó de quinta.
Ya en la final, la colombiana no la tenía fácil. Entre las fuertes candidatas a quedarse con el oro se encontraba la británica Bethany Shriever, que terminó la fase semifinal ganando las tres mangas y se mostraba como la más firme en la final.
Y así fue. La colombiana vino de menos a más en el trazado de 450 metros, pero no le alcanzó para superar a la británica, que se quedó con triunfo por menos de una décima de diferencia con la colombiana, que igual celebró a rabiar el logro alcanzado en Tokio.
“La verdad es una plata que vale oro”, fueron las palabras de la triple medallista olímpica, quien aseguró que “no venía en las mejores condiciones”, después de un par de años complicados por las lesiones y la para que se dio en medio de la pandemia del Covid-19.
Esta victoria de la antioqueña no solo refleja su fuerza y poderío a bordo de su bicicleta, sino su espíritu de no darse por vencida a pesar de los obstáculos, pues en 2018 sufrió una rotura de ligamentos que la dejó por fuera de las pistas durante nueve meses.
Sin embargo, no se dejó vencer, y por el contrario reafirmó que su espíritu, convicción y poderío están por encima de todo. Con esta victoria, Pajón no solo reafirma ser la mejor deportista del país, sino una de las más importantes del mundo.