Cuando se habla de natación paralímpica en Santander, inmediatamente llegan tres nombres a la mente: Moisés Fuentes, Nelson Crispín y Carlos Serrano.
Ellos han sido los nadadores más exitosos de la región, con destacadas presentaciones en Mundiales y Juegos Paralímpicos. Sus carreras han estado emparentadas con los buenos resultados.
Pero si bien ellos se llevan grandes reconocimientos, a la par y sin renunciar a sus sueños, ha estado Miguel Ángel Rincón, quien se ha esforzado al máximo para abrirse un espacio a punta de esfuerzo y sacrificio.
Desde los nueve años, a Miguel le cambió la vida porque luego de un accidente con un arma de fuego perdió la movilidad de sus piernas, sin embargo, esto no fue impedimento para luchar por sus metas y, en la natación, encontró un estilo de vida que lo sacó adelante.
No fue fácil su proceso deportivo, porque alcanzar el podio no ha sido una tarea sencilla; no obstante, si algo caracteriza a Miguel Ángel es su capacidad de lidiar con la adversidad y enfocarse en superarse cada día.
Esa mentalidad a prueba de todo ha sido trascendental para que Miguel Ángel cumpla los objetivos, entre ellos competir en los Juegos Paralímpicos, algo reservado para muy pocos.
Primero en Tokio 2020 y ahora en París 2024, donde sigue recogiendo los frutos de esas semillas sembradas durante años de intenso entrenamiento.
En la prueba de los 100 metros pecho SB4, Rincón, ahora con 30 años, tuvo una brillante actuación, para ubicarse en el quinto lugar y confirmar que el podio cada vez está más cerca.
“Fue una prueba muy emocionante, en los Juegos pasados había quedado de séptimo, ahora quedo de quinto. Esperaba más, pero mejoré mi marca y espero seguir mejorando y entregando lo mejor de mí”, dijo Miguel Ángel luego de competir en París 2024.
De esta manera, Miguel Ángel confirma la calidad de los nadadores santandereanos, debido a que en suelo parisino ya se registraron dos medallas de plata de Nelson Crispín y una de bronce de Carlos Serrano, quien también suma un diploma olímpico.