Estar en unos Juegos Paralímpicos es algo reservado para pocos y mucho más conseguir una presea.
Ahora, ganar 10 medallas en las justas deportivas más importantes del planeta es una proeza digna de admirar, que acaba con los adjetivos.
El santandereano Carlos Daniel Serrano, en los Juegos Paralímpicos de París 2024, corroboró que competir y subirse al podio es su especialidad.
El nadador bumangués, de 26 años, cerró con broche de oro su participación en suelo parisino, con una medalla de plata en los 50 metros mariposa S7.
Esta presea se suma al bronce en los 100 metros pecho SB8 y a la plata en los 50 metros libres S7.
Además, el competidor de 1,45 metros de altura, que tiene acondroplasia (trastorno genético que afecta el crecimiento óseo), completó la ‘medio bobadita’ de 10 medallas en su historia en los Juegos Paralímpicos.
La cosecha de éxitos la inició a los 17 años, en Río 2016, donde consiguió un oro, una plata y un bronce.
En Tokio 2020 se adjudicó cuatro medallas: un oro, una plata y dos bronces y ahora en París 2024 alcanzó un dos platas y un bronce.
El oro, en la prueba que mejores resultados entrega, los 100 metros pecho, se le escapó porque se vio obligado a competir en otra categoría, la SB8, cuando él es SB7, pero debió acatar las normas del Comité Paralímpico Internacional.
Carlos Daniel, además, es impulsado por su dos hijos, quienes desde Bucaramanga le envían la mejor de las energías para saltar al agua y atravesar la piscina a una asombrosa velocidad.
A pesar de la gran cantidad de éxitos en Paralímpicos, Mundiales y Juegos Parapanamericanos, este santandereano, que se rebeló ante el matoneo que sufrió de niño por su baja estatura, no se conforma y sigue adelante con la consigna de superarse a sí mismo.
