Tras más de una hora de juego y entre los aplausos de los pocos asistentes, doce adolescentes del club Villa María (VM) de San Gil lograron convertirse en campeonas nacionales de voleibol, en un torneo desarrollado en Bucaramanga por la Liga de Voleibol de Santander.
Adrián Villanueva Vera, director del club, contó que Natalia Valencia es una jugadora del Valle del Cauca que llegó a apoyar al equipo como parte de un proceso de semilleros de intercambio que busca subir el nivel de competencia de las deportistas locales.
La satisfacción completa del grupo es el esfuerzo a un trabajo hecho sin apoyo institucional y buscando cancha alterna para entrenar. Karen Lemus Rivero, madre de una de las competidoras, confirmó que la participación en esta clase de eventos se hace con el esfuerzo del club y de los padres, con el agravante de que el ocasiones algunos no tienen dinero para enviar a sus hijos a competir, lo cual resulta decepcionante para los jóvenes deportistas.
El voleibol es una disciplina que desde hace algunos años viene creciendo en el municipio, con cinco escuelas que deben compartir un solo escenario para la práctica: Coliseo Lorenzo Alcantuz.
Con la reactivación de las actividades deportivas en medio de la pandemia, fue poco el tiempo que los practicantes de este deporte pudieron disfrutar del mismo. Llegó la vacunación contra el COVID-19 y este, por sus condiciones de infraestructura, se convirtió en la sede principal del ejercicio de aplicación de los inmunizadores, haciendo que las escuelas se quedaran sin una sede idónea para practicar.
CV, por ejemplo, se fue a entrenar a la cancha cubierta del Colegio Luis Camacho, aprovechando la iluminación y el techo. Si bien el piso en cemento no es el ideal para este deporte, es una escenario que por ahora les permite mantenerse en competencia, algo que padres de familia, entrenador y todo el club agradecen a la rectora.
Más y mejores escenarios
Dos de los otros clubes están también en instituciones educativas, otro entrena en una cancha pública y uno más está con las clases suspendidas por esta situación. Raúl Báez, entrenador del club Twistter, cerrado por ahora, dijo que la ausencia de un escenario alterno al coliseo que cumpla con todas los requisitos requeridos para la práctica de esta y otras disciplinas es notoria en San Gil.
Así mismo, Villanueva reconoció que el Lorenzo Alcantuz requiere una inversión para mejorar las condiciones del piso de la cancha.
