La violencia en el fútbol colombiano cada día se abre más campo, incluso a esferas en las que aterra por el futuro de los jóvenes.
En el balompié profesional ya es habitual que sucedan hechos para lamentar, sea con los hinchas o los mismos jugadores.
Ahora, los actos de violencia también se presentan en las categorías menores, en donde los jóvenes y muchas veces los niños, por el actuar de entrenadores, directivos y los mismos padres, se ven involucrados.
En los últimos días, en la Copa Nacional del Café, certamen juvenil que se llevó a cabo Pereira, se presentó un altercado que le ha dado la vuelta al mundo, en donde un presidente y los jugadores agreden salvajemente a un árbitro.
En el marco del partido entre Real Vallecaucano y AS Soccer Club, al parcer Carlos Arturo Caicedo, presidente del equipo del club del Valle del Cauca, encaró al árbitro, lo invitó a pelear y posteriormente, junto a los jugadores, lo atacaron a golpes.
“Qué vas a hacer, no soy ningún arrimado, vení pues, vení pues y párate como hombre”, fueron las palabras.
El comunicado del club, donde expresa las disculpas, hace mención al presidente, pero en redes sociales aseguran que fue el entrenador Juan Carlos Ortega quien protagonizó los hechos de violencia.
Los árbitros no tuvieron otra opción que correr, pero fueron perseguidos y atacados en reiteradas ocasiones.
Luego, el provocador de los hechos lamentó lo sucedido y se disculpó en las redes sociales.
“Quiero expresarme ante la gente, las personas que han publicado el video de mi conducta. Me siento muy apenado por todo lo que ha pasado y aprovecho para pedir disculpas a todas las personas del fútbol, en especial a los árbitros y a sus familias”, dijo.
“Reflexiono y pido disculpas. Soy un ser humano, me arrepiento profundamente de lo que he hecho y pido perdón. Solo me queda pedirles perdón por todo lo que he hecho, gracias”, agregó.