Transformada y restaurada. Así se ve hoy, luego de 13 años de intervención por parte de Isagen, la franja de protección de la Central Hidroeléctrica Sogamoso.
La franja de protección hace parte de las medidas del Plan de Manejo Ambiental de la Central y, como su nombre lo indica, el objetivo es protegerla de las intervenciones que pueda hacer el hombre y que afecten sus suelos, lo que podría generar en erosión y, por consiguiente, en sedimentación al embalse.
La imagen de la izquierda fue captada en 2013 y corresponde a actividades de siembra para conformar la franja de protección. La foto de la derecha (2023) es el estado actual de las coberturas vegetales en los predios de la franja. Deslice la barra para visualizar las dos imágenes.
Hasta 2011, es decir, tres años antes de la entrada en operación de la Central, esta área era terreno privado con uso para ganadería y algunos cultivos.
Años de trabajo y seguimiento
Luego de adquirir estos predios, Isagen empezó a realizar diferentes actividades de restauración ecológica. En la zona se construyeron más de 120 mil metros de cerca con el objetivo de aislarla y evitar el ingreso de ganado. A la fecha, se han sembrado más de 350 mil árboles alrededor de todo el embalse, en su mayoría producidos en vivero propio. Estas plantas representan 33 especies nativas, entre las que se destacan Nauno, Tibigaro, Dinde o Moral, Guayacán rosado, Guayacán amarillo y Guácimo, explica Javier Cardona Salazar, coordinador Ambiental de la Central.
Desde entonces, existe un grupo de guardabosques integrado por 34 personas, todas residentes en el área de influencia de Topocoro. Los guardabosques son los encargados de realizar a diario recorridos por la franja de protección. Su labor es hacer seguimiento para que no haya una sola actividad del hombre que ponga en peligro la zona. Esto incluye comunidad allí instalada, incendios forestales, cazería ilegal, tala de árboles y basuras, entre otras. El objetivo es prevenir que se presente alguno de estos hechos o dar aviso a la autoridad competente en caso de registrarse.
Así, la franja de protección pasó de ser una extensa área de pastizales a una zona recuperada con vegetación de alto porte e ingreso de fauna que no existía antes y que encontró en esa área un corredor para su desplazamiento, agregó el vocero de Isagen.
Fauna y flora
Desde la operación de la Central (dic. de 2014), Isagen ha plantado algunas especies que históricamente habían sido afectadas por las comunidades. En la actualidad, son escasas en la zona, por lo que requieren de su protección y conservación, como el Guáimaro, Sapán, Abarco, Moradilla, Ceiba Caoba y Coco Cuna, entre otras. Se destaca la propagación y siembra de más de 3.000 plantas de Ceiba Barrigona, una especie endémica (propia) del Cañón del Chicamocha y el río Sogamoso.
En este lapso también Isagen ha realizado monitoreos de fauna y flora. Los hallazgos permiten evidenciar el impacto positivo producto del constante cuidado a esta extensa área de tierra.
Según el monitoreo de 2023, se registraron 301 especies de aves, 77 de mamíferos, 70 de reptiles y 41 de anfibios. En total se hallaron 489 especies de vertebrados. Diez años atrás, en 2013, se habían reportado 202 especies de aves, 47 de mamíferos, 32 de reptiles y 25 de anfibios. En total fueron 306 especies de vertebrados, afirma Ciro Alfonso Peña, profesional ambiental de Isagen.
Los monitoreos también han permitido evidenciar que la frecuencia (cantidad) de las especies de fauna ha sido creciente.
En cuanto a flora, explica este profesional, en 2023 se registraron 1.974 individuos vivos leñosos distribuidos en 40 familias botánicas, 97 géneros incluyendo cuatro sin determinar y 133 especies. Además se registraron 956 individuos adicionales de regeneración natural (plantas juveniles) representados en 259 especies que evidencian un proceso de regeneración natural.
Es de precisar que el uso inicial de la franja fue solo para protección. Desde 2020, luego de que Isagen solicitara a la Anla modificar la licencia ambiental con el fin de ampliar los usos, la franja está destinada además para investigación, educación ambiental, senderismo, agua para consumo humano y agropecuario; además, se definieron los 21 accesos que hoy existen para acceder al embalse Topocoro.
El área de la franja de protección tiene dos ecosistemas: el bosque tropical y el bosque seco tropical, lo que aporta, en especial, una alta diversidad de fauna.