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Comunidades aprenden como mejorar sus cultivos y monitorear el clima

De manera colaborativa con las comunidades, Isagen trabaja en alianza con la Fundación Natura para mejorar las prácticas productivas y monitorear el estado del microclima en zonas aledañas al embalse.

Si bien tienen años de experiencia como cultivadores de café, cacao y tabaco en la región alrededor del embalse Topocoro, en Santander, un día decidieron aprender más sobre el comportamiento de sus cultivos y los fenómenos climatológicos, pero basados en el conocimiento científico.

Inicialmente fueron 26 parceleros y agricultores los que se sumaron al “Proyecto de monitoreo del comportamiento climatológico en el área de influencia aguas arriba de la Central Sogamoso”, que ejecuta Isagen en alianza con la Fundación Natura, desde 2010, es decir, cuatro años antes de la construcción del embalse Topocoro.

Esta iniciativa hace parte del programa Monitoreo Climático Participativo (MCP) de Isagen y tiene por objetivo saber si el embalse podría cambiar o no las condiciones del microclima a su alrededor y, por ende, influir en el comportamiento de los cultivos. Esa  fue la inquietud de la comunidad del área de influencia del embalse en San Vicente de Chucurí.

En más de 12 años de investigación “lo que hemos encontrado es que estos fenómenos de variabilidad climática (El Niño y La Niña) son los que realmente están influenciando el comportamiento del clima alrededor del embalse. Es consecuente el comportamiento y la tendencia de las variables climáticas alrededor del embalse con el comportamiento y la tendencia de las variables climáticas a nivel regional, nacional y, por ende, global”, precisa el informe, que en junio de 2023 entregó los resultados del análisis de datos.  

En consecuencia, “no es posible afirmar que el embalse tenga una influencia sobre el comportamiento del  clima”, afirma Jorge Mario Ríos Vásquez, profesional ambiental de Isagen.

Andrés Julián Rueda – Suministradas

Paso a paso    

Inicialmente, Isagen realizó la elaboración metodológica y participativa del estudio en alianza con la Fundación Natura. En 2011 entraron en operación siete estaciones meteorológicas que Isagen ubicó alrededor de Topocoro, siguiendo el protocolo definido por el Ideam. El objetivo de las estaciones, ubicadas tres en Betulia, dos en Girón, una en Zapatoca y otra en San Vicente, es identificar cómo es el comportamiento del clima alrededor del embalse, a través del registro de información de variables como: precipitaciones, temperatura, humedad, dirección y velocidad del viento, evaporación y radiación solar.

De manera paralela, durante la primera fase también se seleccionaron 27 parcelas demostrativas en agronomía para identificar las variables de fenología, hacer seguimiento a las enfermedades típicas de cada cultivo y monitorear su producción. Así, de manera voluntaria, 27 productores de esta área se convirtieron en monitores del microclima.

Actualmente, hay 76 personas más que se han vinculado al programa Monitoreo Climático Participativo, que han intervenido en talleres educativos y se han formado como monitores. Para su labor, cada productor cuenta con equipos de monitoreo de temperatura, humedad relativa y lluvias, que les permite recopilar e interpretar información y de esa forma contribuir al conocimiento del microclima.

Norberto Serrano León, administrador de una finca en San Vicente de Chucurí, es uno de ellos. “Soy monitor hace unos tres años. Mañana y tarde hago monitoreo, y toda la información sirve porque voy conociendo cómo la lluvia y las heladas afectan los cultivos y cómo es eso del cambio climático”, dice sobre su experiencia.

En otras palabras, hoy existen comunidades empoderadas del conocimiento, lo que les permite, incluso, tomar decisiones que han mejorado la calidad de sus cosechas y la administración del cultivo. El programa hizo énfasis en apropiar de conocimiento a las comunidades.

Si bien la información se ha registrado diariamente durante los 365 días del año desde julio de 2011, con la entrada en operación del embalse en diciembre de 2014 se dio inicio a la segunda fase del programa.  

Con el cruce de la información de dos fuentes: la meteorológica y la agronómica, se puede interpretar el comportamiento de los cultivos y del clima en la región de análisis.  

“Este resultado deja en firme que en los años posteriores a la construcción del embalse Topocoro, los cultivos objeto de investigación no presentan anomalías sostenidas en el tiempo, su desarrollo fenológico y productivo permanecen constantes y su comportamiento no presenta diferencia antes, ni después de la llegada del embalse”, es la gran conclusión del estudio.

Las condiciones del microclima en la zona y, por ende, de los cultivos, no se han visto afectadas por el embalse y las operaciones de Isagen, revela el estudio.

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