La tranquilidad que se vive diariamente en la calle 20 con avenida 0A, de Barrio Blanco, se vio alterada abruptamente ayer, hacia las 10:00 de la mañana, con la detonación de dos disparos que hizo un motorizado contra una mujer que conducía una camioneta Toyota Runner, de placas venezolanas AD116XS.
Quienes estaban cerca del vehículo, corrieron despavoridos a esconderse. Segundos después de que escucharon acelerar la moto de alto cilindraje, una veintena de curiosos rodearon a la camioneta, dándose cuenta de que en la ventana del conductor quedaron los dos orificios de los tiros.
De inmediato abrieron la puerta y frente al volante estaba una mujer de cabello rubio, totalmente ensangrentada, dando sus últimos suspiros. Esta imagen provocó momentos de pánico e incertidumbre, pues nadie sabía qué hacer.
Solo un joven se acercó con un trapo y se lo puso en la cabeza, tratando de detener la sangre que le salía, mientras que otra mujer que acompañaba a la víctima le pedía que no se muriera, que ya la ayudarían.
“Ayúdenla rápido que no se ha muerto”, “llévenla rápido a la clínica que está cerca”, “qué alguien maneje, no le dejen morir ahí”, eran los gritos que se escuchaban por parte de los curiosos, pero nadie se atrevía a montarse a la camioneta.
Cuando algunas personas vieron que una camioneta del Inpec se acercaba con varios funcionarios, la pararon y les pidieron que ayudaran a trasladar a la mujer baleada, pero cuando los uniformados se bajaron, llegaron dos patrullas motorizadas y un vehículo de la Policía, quienes rápidamente la subieron y llevaron a la víctima al centro asistencial.
Los policías que se quedaron custodiando la escena, de inmediato despejaron los alrededores de la camioneta y acordonaron, mientras que comenzaron a recopilar información para saber quién era la mujer y cómo se dio el ataque armado.
¿Quién era la víctima?
Los minutos fueron transcurriendo y el lugar se fue llenando de más uniformados y de funcionarios judiciales de la Policía y del Cuerpo Técnico de Investigación (CTI), y poco a poco fueron conociendo detalles de lo sucedido.
Lo primero que establecieron las autoridades es que la mujer baleada respondía al nombre de Sandra Milena Barrios Bedoya. Varios familiares que llegaron al sitio donde se dio el hecho, les entregaron todos los datos a los investigadores.
Luego, comenzaron a inspeccionar el lugar, los miembros de la Sijín y CTI vieron que alrededor habían varias cámaras de seguridad, por eso fueron a verificar los videos, obteniendo muchos más detalles de lo sucedido.
En uno de los videos se observa cuando Sandra Milena frena frente a un local donde venden pasteles y otra mujer que la acompañaba, se bajó y entró a hacer una compra, pero no había transcurrido un minuto, cuando se ve que un hombre en una moto Suzuki DR, de color blanco y placa venezolana, que vestía una camiseta negra con yin y llevaba un caso negro puesto, se le acercó y a pesar de llevar el vidrio de la puerta arriba, sacó una pistola y le disparó en dos oportunidades.
Una vez cometió el hecho, el motorizado aceleró y por entre varios carros que en ese momento se movilizaban por la calle 20, siguió hasta llegar a la avenida 3, después desapareció entre el alto flujo vehicular.
Momentos de dolor
Minutos después de que Sandra Barrios, de 47 años, fue trasladada a la clínica, sus familiares llegaron desesperados, tratando de saber qué había pasado
Durante una hora y media los familiares de Barrios Bedoya mantuvieron la fe de que ella sobreviviera a los dos balazos que recibió en la cabeza.
Un grito de una mujer fue lo que alertó a todos los curiosos, que observaban cuando las unidades de la Brigada Interinstitucional de Homicidios (Brinho) revisaran minuciosamente el vehículo y el sitio, de que Sandra Milena había muerto. De ahí en adelante sobrevino el desespero y la tristeza en esa zona.
“Escuchar los gritos y ver a los familiares abrazándose al enterarse de la noticia fue muy triste, pareciera que en Cúcuta la vida no vale nada, en cualquier momento y hasta en sectores exclusivos como esté llegan los bandidos, matan y huyen como si nada”, indicó una de las tantas personas que se encontraban en el lugar donde se dio el ataque.
Comerciante y amenazada
Se conoció que Sandra Barrios este año había denunciado amenazas, además, también había sido víctima de un robo, en 2016, y de lesiones personales, en 2011.
“Ella era dueña de un local de venta de ropa para dama del barrio Caobos, hace como cinco años tenía su negocio en un reconocido centro comercial de la ciudad”, indicó una fuente judicial.