El pequeño Gabriel Esteban Cubillos solo tenía una cosa en común con su papá y asesino: compartían el mismo nombre. Gabriel Enrique González Cubillos tiene 50 años.
El hombre de 50 años se comunicó con su hermana y le dio una serie de instrucciones para que manejara sus pertenencias y un dinero en efectivo que había dejado. Posteriormente se despidió y dio a entender que se quitaría la vida.
González Cubillos trabajaba en archivo en una multinacional en Tocancipá (Cundinamarca), municipio en donde también residía. Allí, aparentemente, llevaba una vida normal, pero quienes son cercanos a él sabían que tras la separación con su esposa (madre del niño), el sujeto había vuelto a sufrir trastornos mentales como en su pasado.
El asesino había tenido una relación con Consuelo Rodríguez (madre de Gabriel) durante 6 años, pero las fuertes discusiones que tenían los llevaron a separarse, detalle que desencadenó nuevamente la frustración de González, quien no soportó que la mujer no quisiera estar más con él.
Este sujeto tenía problemas de desequilibrio mental, por si fuera poco tenía problemas por abandono y el hecho de que Consuelo hubiera seguido con su vida sin él y que presuntamente tuviera una nueva relación sentimental.
Este martes autoridades se encontraban haciendo un retén a la altura de Piscilago, justo en la vereda La Esmeralda, cuando le hicieron el pare a la flota en la que se movilizaba el acusado del crimen de su hijo. En el momento en que fue abordado por los uniformados, este sujeto intentó sobornarlos, pero su plan no salió como lo esperaba y de inmediato le pusieron las esposas.