Siete policías fueron masacrados por una organización criminal en la zona rural de Neiva, en un acto que fue calificado por el presidente de la República, Gustavo Petro, como “un claro saboteo a la paz total”.
En los hechos sobrevivió el agente Gustavo Esquivel.
Los uniformados salieron en una camioneta oficial a las 10:30 a.m. de ayer del comando de la Policía Metropolitana de Neiva, en el barrio Tenerife de la capital huilense.
Su destino era el corregimiento San Luis, donde prestaban su servicio de vigilancia en la subestación.
A la 1:40 p.m., cuando el vehículo transitaba por un sendero rural de la vereda Corozal, conocido como Quebrada de los Muertos, detonó un artefacto explosivo que había sido instalado en la vía.
La camioneta quedó arrinconada contra la ladera y los policías que no murieron por el estallido fueron masacrados a tiros por delincuentes que llegaron al sitio. Después de la emboscada, los criminales huyeron con las armas de dotación de sus víctimas.
En la lista de fallecidos están los intendentes Wilson Cuéllar Lozada y Luis Alberto Sabi Gutiérrez; los patrulleros John Fredy Bautista Vargas y Duverney Carreño Rodríguez.
También los auxiliares bachilleres Andrés Pascuas Figueroa, Santiago Gómez Endez y Cristian Cubillos Borbón.
La Fiscalía envió al sitio un equipo de investigadores especializados para esclarecer lo ocurrido y el ministro de Defensa, Iván Velásquez, dijo que “las Fuerzas Armadas deben responder con contundencia a este ataque a la paz”.
El alcalde Gorky Muñoz anunció un consejo de seguridad extraordinario. “Nos duele que estos hechos se presenten en nuestra región y que enluten hoy no solo a la Policía Metropolitana, sino al municipio en general, que sufre en carne propia, una vez más, una masacre impactante, dolorosa y despiadada”.
Orden público agitado
En el corregimiento San Luis, donde ocurrió la matanza, los principales problemas de seguridad se derivan de las acciones de bandas dedicadas al tráfico local de droga, según fuentes de Inteligencia.
Sin embargo, sus 14 veredas son utilizadas de forma esporádica como corredor de movilidad de grupos disidentes de las Farc, entre ellos la columna móvil Dagoberto Ramos y el frente Ismael Ruiz, que delinquen en los vecinos departamentos de Cauca y Tolima, respectivamente.
En Neiva el orden público ha estado agitado en las últimas dos semanas por cuenta de la invasión de un predio en el corregimiento El Caguán, por parte de unas mil personas que construyeron un asentamiento, al cual denominaron “Gustavo Petro”. Los invasores reclaman una vivienda digna y apoyo estatal.
Esta semana el Gobierno Nacional les dio 48 horas para resolver el problema mediante el diálogo con autoridades civiles, o de lo contrario enviarían al Escuadrón Móvil Antidisturbios (Esmad) a despejar la zona. Ese plazo se cumplía ayer, el mismo día de la emboscada a los policías en Quebrada de los Muertos.
De otro lado, horas antes del atentado se había realizado en esa misma ciudad una reunión entre delegados de la Primera Línea, representantes de la Fuerza Pública y de la clase política. A la cita asistió el director de la Policía, general Henry Sanabria; el senador del Pacto Histórico, Gustavo Bolívar, y personal de la ONU.
Hablaron de las reformas al Esmad y de la protesta ciudadana, entre otros temas.
El general Sanabria, luego de haber estado en la mañana en dicha reunión, tuvo que regresar por la tarde a Neiva para ponerse al frente de la investigación, ahora en compañía del presidente Gustavo Petro para instalar un puesto de mando unificado. El Jefe de Estado, que primero había enviado a los altos mandos, anoche decidió unirse a la delegación.
¿Atentado a la “paz total”?
Petro se pronunció así sobre lo ocurrido: “Rechazo contundentemente el ataque con explosivos donde murieron 7 policías en San Luis, Huila. Estos hechos expresan un claro saboteo a la paz total”.
La “paz total” es uno de los proyectos bandera del actual Gobierno y pretende negociar acuerdos de paz con los grupos armados ilegales, incluyendo a guerrillas, narcotraficantes y bandas de sicarios.
Aunque varias de estas organizaciones han publicado videos y comunicados expresando su deseo de participar en ese desarme general, la violencia no se ha detenido en Colombia, y menos contra la Fuerza Pública.
El pasado jueves en el municipio de Obando, Valle, fue asesinado el intendente Carlos Giraldo Muñoz, durante un operativo de captura contra el miembro de una banda. En el hecho resultaron heridos otros dos policías y también murió el agresor.
Ese mismo día un francotirador mató al soldado Cándido Machado Trillos en El Zulia, Norte de Santander.
A esto se suman enfrentamientos entre organizaciones criminales que tienen asustados a los pobladores de Buenaventura (Valle), Cartagena, Barranquilla y Bogotá.
Uno de los principales opositores al Gobierno, el expresidente Álvaro Uribe, comentó que “los terroristas se burlan de la generosidad, son desdeñosos con las ofertas sociales, fortalecen su capacidad delictiva con la impunidad”.