Nicolás Maduro prestó el suelo de Venezuela para que soldados de China, Rusia, Irán y otros países, como Argelia, Kuwait, Qatar y Azerbaiyán, realicen juegos militares en agosto, justo después de que el día 7 de ese mes Gustavo Petro tome posesión como nuevo presidente de Colombia.
Es un desafío tácito a Estados Unidos, y a la misma Colombia, cuyos actuales gobiernos son críticos del régimen de Venezuela y están en alerta por el sitio designado para esa belicosa cumbre militar, en especial porque podrían hacerse en la convulsionada frontera colombo-venezolana.
Ese evento, conocido como Juegos Militares Internacionales –o la competencia Sniper Frontier (francotiradores de frontera)–, reúne tropas de tierra, mar y aire que miden sus fuerzas para determinar el poderío conjunto como Fuerzas Armadas aliadas.
La cita no es nueva. Por el contrario, también tuvo lugar en 2021 y 2020, en Rusia y Bielorrusia, años en los que los uniformados de China y Venezuela se desplazaron hasta Europa del Este para participar en ese encuentro.
Ahora en 2022 los aliados del régimen de Maduro traen esa cita hasta Latinoamérica, según reveló un informe del Center for a Secure Free Society, un tanque de pensamiento afincado en Estados Unidos, ideológicamente de derecha y –por consiguiente– crítico del régimen de Caracas.
Además de los ejércitos China, Irán y Rusia, en Venezuela también aterrizarán efectivos de Argelia, Kuwait, Qatar y Azerbaiyán.
“En un movimiento estratégico que busca reposicionar activos desplegados en América Latina y el Caribe. Esas naciones se están preparando para hacer una fuerte declaración de que la región está lista para abrazar la fuerza multipolar”, escribió el Center for a Secure Free Society.
El Palacio de Miraflores ha dado pocos detalles sobre esa cita. Sin embargo, esta semana exhibió las capacidades de su Ejército en un desfile militar para conmemorar los 211 años de independencia y en lo que va de 2022 ha sellado más alianzas con los regímenes de Vladimir Putin, de Moscú, y Ebrahim Raisí, de Teherán.
Los otros acuerdos
Maduro y Raisí firmaron en junio un acuerdo de cooperación a 20 años que contempla colaboraciones en todos los frentes, desde lo tecnológico hasta el ámbito de la seguridad. Ese término de mundo “multipolar” se traduce en un discurso antimperialista que busca poner freno al avance de Estados Unidos como potencia mundial.
Mientras el sucesor de Hugo Chávez empacaba maletas para visitar a su aliado en Irán, en Latinoamérica las autoridades se pusieron en alerta por la presencia de traficante de armas iraníes en la región, quienes estaban a bordo de un vuelo de bandera venezolana.
Y es que en junio cuatro ciudadanos iraníes de las Fuerza Quds (Cuerpos de la Guardia Revolucionaria Islámica) estuvieron en un avión de carga de Caracas de referencia Boeing 747-300M al que Uruguay le impidió utilizar su espacio aéreo.
Incluso, el piloto de ese avión, el traficante de armas iraní Gholamreza Ghasemi, fue capturado luego en Argentina señalado de cargos de terrorismo internacional. A Ghasemi, aún detenido en ese país, le atribuyen haber efectuado 13 viajes a Venezuela desde inicios de 2021.
En ese mes Irán también le dio a Venezuela el tanquero Yoraco, capaz de transportar 800.000 barriles de petróleo, como una muestra de que Caracas es su mejor aliado en la región de influencia de Estados Unidos, su detractor internacional.
Más allá de Venezuela, los gobiernos de izquierda están ratificando sus alianzas con otros actores caribeños. Es el caso de la Nicaragua de Daniel Ortega que, siguiendo el mismo ejemplo de Maduro, prestó su territorio a militares extranjeros.
Ese país con el que Colombia comparte una frontera marítima y con el que tiene una disputa por aguas territoriales en la Corte Internacional de Justicia cuenta con presencia de militares rusos, quienes están autorizados por Ortega a patrullar sus océanos y demás fronteras utilizando la seguridad como pretexto.
Con todo esto, al próximo presidente de Colombia le tocará asumir el reto de la presencia de militares extranjeros muy cerca de las fronteras colombiana, pero con un interrogante: ¿Cuál será la posición de Gustavo Petro sobre las alianzas de Venezuela con Rusia e Irán?
