Dicen que en política electoral, las matemáticas entre una y otra votación no son tan sencillas. Si bien ayer Rodolfo Hernández sumó 10’580.158 votos, muchos se preguntan ahora cuáles pertenecen de forma a directa y real al empresario santandereano, y cuáles fueron votos en contra de Gustavo Petro, en vez de un apoyo al programa de gobierno que promulgó el “ingeniero”.
Tras aceptar los resultados de la elección presidencial, Rodolfo Hernández aseguró ayer que llamó a Petro. “Le deseo al doctor Gustavo Petro que sepa dirigir al país”.
En su intervención no habló de su futuro. Y más allá de que acepte o no la curul en el Congreso, muchos se interrogan si Rodolfo Hernández tiene el talante y el conocimiento para asumir el liderazgo de la oposición al gobierno de Gustavo Petro. Muchos se preguntan si el uribismo lo respaldará como el opositor natural. En las últimas semanas no le fue tan bien al tener los reflectores del país sobre sus ideas, sus expresiones, su liderazgo y su carisma.
Pero antes de esa respuesta, Rodolfo Hernández deberá hacer cálculos jurídicos para establecer cómo resolver sus líos judiciales, especialmente el relacionado con Vitalogic, en el que está imputado de varios delitos. Cualquier decisión que tome tendrá repercusiones en quien asumirá su papel de juez. Al quedarse como ciudadano, y tal vez aspirar a la Gobernación de Santander en las próximas elecciones, su escenario seguirá siendo la justicia ordinaria. De asumir una curul en el Congreso, sus procesos pasarán, por su investidura, a la Corte Suprema de Justicia.
Anoche, Gustavo Petro, en su discurso, dijo que “este no es un cambio para vengarnos. El cambio es dejar el odio atrás. Este es un cambio con los jóvenes”, esos mismos que seguían festejando al ritmo de “El baile de los que sobran”.