Por medio de videos grabados con celulares se supo que una vendedora fue quemada con aceite por una cliente. Al parecer, hubo una discusión pues la compradora se sintió insatisfecha con la atención. La Policía las detuvo y las dejó a disposición de la Fiscalía por el delito de lesiones personales recíprocas.
Ahora, la cliente quiere dar su versión pues siente que ha sido duramente criticada. Se llama Carolina García Doria, de 37 años, una administradora de empresas y ama de casa que afirma nunca antes haber estado envuelta en una situación como esta.
“Ha sido doloroso, pero ambas nos equivocamos, no debimos actuar así. Yo me tenía que controlar y ella debe mejorar su atención para con los clientes y las personas en general”, dijo Carolina quien es madre de un menor de 12 años.
Sobre lo ocurrido relata que “estaba en El Centro haciendo unas diligencias médicas para mi hijo. Mi madre me acompañó, así que mientras yo hacía la diligencia, ella fue al local de comidas y pidió deditos y gaseosas con mi hijo”.
Agrega que “luego llegué y pedí una empanada de jamón y pollo, al rato dije que me dieran otra igual y me trajo una de otro relleno. Cuando le pedí que me la cambiara me ignoró, me dijo que no lo cambiaría, no me solucionó nada y eso me dio rabia, porque conozco mis derechos como usuaria”.
Carolina asegura que en los videos no se ve, pero hubo agresión mutua. “Le tiré unas salsas y ella un tarro con pitillos, luego se me abalanzó y fue cuando la empujé y su mano cayó sobre un recipiente con aceite, pero ella lo sacó de inmediato y seguimos agrediéndonos en el suelo. Hubo golpes, fue un espectáculo del que me arrepiento”.
Dice que luego las apartaron y es cuando ve a la empleada llorando y quejándose. “Me sorprendí, porque no vi en ese momento que se había quemado sino cuando comienza a llorar. Yo nunca quise hacerle eso, por fortuna no fue nada grave. Quiero dejar claro que no le agarré el brazo, eso ocurrió en un forcejeo entre ambas”.
La mujer dice que estando con la vendedora en la sede de la Fiscalía hablaron civilizadamente y ella le pidió disculpas, pero “la vendedora no quería conciliar y solo me decía que yo era agresiva, pero yo le expliqué todo lo que pasó para que entendiera que no actué como loca sino que respondí a su actitud negativa, aunque reconozco que no fue la mejor manera y por eso me excuso públicamente”.
Ese día, las mujeres fueron llevabas a centros asistenciales pues ambas tenían lesiones. “Ella dice que me atendió bien, pero es falso. Yo jamás iba a tomar esa actitud por una empanada de 3 mil pesos, pero me sentí ofendida”, anotó. Al final lograron conciliar y se encuentran en sus viviendas.