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En Colombia, crean primer subsidio para la menstruación

500 millones de personas en el mundo no tienen herramientas para gestionar su menstruación.

En el oeste de Nepal, la tradición chhaupadi le prohíbe a las mujeres cocinar mientras tengan la menstruación y las obligan, incluso, a pasar una noche fuera de sus casas en chozas, rodeadas de animales, y en Etiopía las exilian cuando sangran. En el islam se les considera impuras y no deben tocar o leer en voz alta el Corán ni asistir a la mezquita.

En Colombia, a muchas les ha tocado dejar su cotidianidad. Según un estudio de Unicef con la Universidad Javeriana enfocada en niñas y adolescentes indígenas y afrodescendientes, más de la mitad faltó al colegio por esta razón.

El estudio determinó que fueron 62 % de las encuestadas las que faltaron por lo menos un día a la escuela y consideraron que tenían limitaciones de información, educación, pero también de acceso e infraestructura y elementos como agua potable, jabón o baterías sanitarias.

Sobre salud menstrual

En este momento unas 300 millones de personas están menstruando. 49,5 % de la población son biológicamente mujeres, de acuerdo con el Banco Mundial, lo que equivale a 3.712 millones de personas. Cada una menstrúa durante 38 a 40 años al menos cinco días cada mes (2.400 días en total).

Lastimosamente, no todas esas mujeres, niñas, hombres trans o personas no binarias con vulva lo hacen en buenas condiciones. Hay un concepto, la salud menstrual, que procura que haya calidad, bienestar y acceso y que va más allá de la higiene menstrual, pues es incorrecto creer que es sucio.

Se trata de un derecho humano, pues busca la dignidad, acabar con la desigualdad de género, la pobreza extrema y las demás privaciones que puede traer consigo este periodo, teniendo en cuenta que según datos de WordVision, por lo menos 500 millones de mujeres y niñas en todo el mundo no tiene acceso a herramientas para gestionar su menstruación de forma segura, privada y aseada.

¿Qué se necesita para tener salud menstrual? De acuerdo con Susana Salazar López, médica y ginecóloga de la Universidad CES y especialista en reproducción humana en la Clínica Inser, se necesitan implementos adecuados, como toallas, tampones o demás productos; acceso a un sistema de salud con citas ginecológicas periódicas; condiciones de salubridad; agua potable; espacios para cambiarse y desechar residuos; y educación.

Un proceso único

Además de la cultura, la religión y el nivel socioeconómico, hay también razones físicas que hacen que para cada mujer la experiencia de menstruar sea diferente.

Salazar cree que aunque ellas son muy diferentes, “en general debería darse cada 28 días con una duración de cinco días, pero hay quienes se salen de esos rangos y aunque puede ser normal, suele deberse a patologías o trastornos hormonales”.

Se ha hallado que los ovarios poliquísticos o el hipertiroidismo pueden causar ciclos cada dos o tres meses o muy irregulares, y “aunque se ha normalizado, no es para nada normal tener cólicos y dolores fuertes, llamados dismenorrea. Podría ser incluso endometriosis, cuando el tejido más interno del útero, el endometrio, se va hacia la pelvis y genera inflamación”.

El Fondo de Población de las Naciones Unidas, Unfpa, agrega que el dolor puede ser pélvico, abdominal o en espalda y debilitante que ocasiona ausentismo escolar y laboral en muchas partes del mundo.

También varía el volumen del sangrado entre personas. Unas son tan abundantes, con trastornos en la coagulación, que pueden inducir anemias y requerir transfusiones sanguíneas.

¿Es un inconveniente?

Hay estigmas y creencias que imposibilitan el desarrollo normal de las mujeres. Algunas culturas prohíben que se toquen o laven los genitales durante la menstruación, lo que puede ocasionar infecciones. En Afganistán creen que el lavado corporal en este periodo causa infertilidad.

No tener recursos o no poder mantenerse aseado puede, según Salazar, causar infecciones leves a nivel vaginal u otras más graves como la inflamación pélvica, que ocurre cuando la infección inicial no se trata a tiempo o de forma adecuada y puede ser peligrosa.

Sumado a esto, menstruar es costoso. Cálculos de la Unicef muestran que una mujer, en esos 40 años que menstrúa, cambia de toallas o tampones por lo menos 20 veces por ciclo, lo que al año es 300 o 400 productos. Anual invierten 240.000 pesos y en todo el ciclo reproductivo implicaría un gasto de más de nueve millones.

Aunque la copa menstrual, los calzones y demás productos reutilizables ayudan al bolsillo y al medio ambiente, no son para todo el mundo. Hay quienes por razones psicológicas o físicas no pueden insertarse copas o tampones, como aquellas con vaginismo (contracción involuntaria de los músculos del suelo pélvico que producen cierre parcial o total de zona íntima), y de acuerdo con la Unfpa, hay quienes viven en climas húmedos o condiciones lluviosas donde los reutilizables no se secan adecuadamente y esto puede aumentar los riesgos de infección, o donde no hay acceso a agua potable, fundamental para el lavado de insertables.

La menstruación es un proceso natural pero tiene manifestaciones muy diferentes entre cada persona, sea por razones físicas, de acceso, culturales o económicas, y el mundo debería estar caminando hacia los objetivos de la salud menstrual.

Un subsidio para la menstruación

683.000 colombianas no pudieron acceder a elementos higiénicos para gestionar su menstruación por problemas económicos y 82.700 más, para mayo de este año, tuvieron que usar papel periódico, ropa vieja o trapos por falta de productos adecuados.

Aquí, menstruar representa un gasto anual que es igual a una quinta parte del salario mínimo: 180.000 pesos. Para disminuir esta problemática, Comfama creó el primer subsidio del país para la menstruación que dará a 2.700 adolescentes (entre los 12 y 18 años) el acceso a productos como copas, toallas reutilizables y calzones absorbentes, más un componente pedagógico que con talleres ofrecerá en Antioquia una reconciliación con este proceso natural.

Serán bonos generados desde noviembre hasta el 14 de abril de 2022, asignados de acuerdo a las cuatro categorías salariales de Comfama y que pueden redimirse hasta un mes después de su generación en Vera Cup, Somos Martina, WAM, Nosotras y Bloom.

Cualquier afiliado puede acceder a ellos a través de La Tiquetera de la página de Comfama.

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