Esta morfina, de acuerdo con la Fiscalía, iba a ser trasladada a Ipiales (Nariño) y utilizada para el procesamiento de heroína, la cual sería comercializada en Ecuador.
Este hecho se presentó cuando la mujer se movilizaba junto a su hijo en un bus de servicio intermunicipal, cuando fueron interceptados por unidades de la Policía Nacional en el barrio San Antonio, en Buesaco, y les pidieron a los pasajeros acceder a un registro.
En el equipaje de la mujer los funcionarios no encontraron rastros del ilícito; sin embargo, el nerviosismo era evidente, por lo que fue posible detectar que el niño permanecía rígido y caminaba con dificultad.
La causa eran tres paquetes de morfina que tenía asegurados con cinta adhesiva en las piernas y el abdomen. De inmediato, el menor de edad fue puesto a disposición de las autoridades de infancia y adolescencia para su protección y restablecimiento de derechos.
Por estos hechos un fiscal de la Dirección Especializada contra el Narcotráfico presentó a la mujer ante un juez de control de garantías y le imputó el delito de tráfico, fabricación y porte de estupefacientes agravado.