La comunidad de Sardinata, Norte de Santander, se viste de luto tras la muerte de Cristian Herrera, un niño de ocho años que falleció al dispararse accidentalmente con una escopeta mientras jugaba en su casa de la vereda La Esmeralda.
El trágico incidente, que se convierte en el primer caso de muerte accidental por arma de fuego que involucra a un menor en el departamento durante 2025, ocurrió cuando el pequeño encontró y manipuló el arma que pertenecía a su familia.
“Una mala manipulación de un menor de edad sobre un arma de fuego generó un accidente en el cual el niño perdió la vida, algo que lamentamos profundamente”, expresó Johnny Peñaranda, secretario de Gobierno de Norte de Santander, quien aprovechó para hacer un llamado urgente sobre el manejo responsable de armas en los hogares.
La tragedia ha puesto en evidencia una práctica común en las familias de zonas rurales del departamento, donde muchas mantienen armas de fuego en sus hogares para actividades como la cacería, pero sin las medidas de seguridad necesarias para prevenir este tipo de accidentes.
A pesar de los esfuerzos de la familia por auxiliar al menor, Cristian falleció en el lugar antes de recibir atención médica, dejando una profunda conmoción en la comunidad y un llamado de alerta sobre la necesidad de implementar protocolos más estrictos para el almacenamiento seguro de armas en los hogares rurales.