La Fiscalía General de la Nación confirmó que un juez de Control de Garantías impuso medida de aseguramiento en centro carcelario contra Cristian Petro Almanza y Juan Fernando Soto Garcés, presuntamente responsables del crimen de un ganadero y dos trabajadores en zona rural del municipio de Chimá (Córdoba).
Petro Almanza y Soto Garcés fueron capturados el pasado 22 de septiembre en el barrio Nuevo Bosque, de Cartagena, por funcionarios del CTI y del Gaula de la Policía Nacional, luego de varios días de seguimiento, hasta cuando llegaron a un inmueble que habían alquilado.
Un fiscal de la Seccional Córdoba les imputó los delitos de homicidio y hurto ambos agravado; fabricación, tráfico, porte o tenencia de armas de fuego, accesorios, partes o municiones y ocultamiento, alteración o destrucción de elementos o material probatorio.
El ganadero Esteban Rafael Urueta González y sus acompañantes Geraldo de los Santos Marzola Coronado y Fredy Manuel Beleño Acosta fueron hallados en una fosa común de la vereda Carolina. Estos dos últimos habían sido quemados y Beleño Acosta recibió dos balazos, según el informe del Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses.
Las víctimas desaparecieron el 10 de septiembre y sus cuerpos fueron encontrados el 13 de septiembre por unidades del Cuerpo Técnico de Investigación (CTI) durante una exhumación. La información para ubicar los cuerpos fue entregada por los indiciados, señala el ente acusador.
Así cayeron los presuntos homicidas
El coronel Alfonso Sanabria, del Gaula de la Policía, explicó que la serie de eventos que llevaron a esta exitosa operación se inició con la desaparición de las tres personas en el área rural de la vereda Bellavista, jurisdicción del municipio de Chimá, Córdoba.
“A través de una denuncia, el Gaula se enteró de la situación y brindó apoyo a la familia en la búsqueda de los desaparecidos”, dijo el oficial.
A medida que avanzaban las investigaciones, manifestó Alfonso Sanabria, “se recibió información sobre el hallazgo del vehículo en el que se desplazaban las víctimas. Los sospechosos, quienes fueron las últimas personas en interactuar con ellos, se presentaron al Gaula Córdoba junto a sus familiares, sugiriendo una posible ubicación de los cuerpos”.
Tal parece que los indiciados abandonaron las instalaciones del Gaula porque en esos momentos no contaban con un requerimiento judicial. “Posteriormente se lograron ubicar los cuerpos en coordinación con el CTI y un equipo de antropología, quienes realizaron el proceso de exhumación”, manifestó el director del Gaula.
