El último informe del Índice de Precios al Consumidor (IPC) publicado por el Departamento Administrativo Nacional de Estadística (Dane) revela que la inflación y sus efectos están impactando considerablemente el costo de vida en varias ciudades intermedias de Colombia, con Neiva a la cabeza.
Esta ciudad, junto a Bucaramanga, Ibagué y otras seis, forma parte del grupo de ocho urbes donde se registran los mayores aumentos en los precios de bienes y servicios, situación que los expertos atribuyen a una serie de factores económicos y sociales.
Según el reporte, “Neiva se ha posicionado como una de las ciudades más caras para vivir en Colombia, debido a factores que incluyen el crecimiento económico desigual, el encarecimiento de la vivienda, la escasez de productos y los elevados costos de servicios públicos”.
Estos elementos, afirman analistas, han contribuido a una presión sostenida sobre los precios en los últimos años, con un índice de inflación que actualmente se ubica en 1,74 %, el más alto entre las ciudades intermedias.
Uno de los principales factores que inciden en los costos de vida en Neiva es el crecimiento económico desigual. Si bien la ciudad ha experimentado un desarrollo económico importante en la última década, dicho crecimiento no se ha traducido en una mejora proporcional de los precios de bienes esenciales.
“La alta demanda de bienes y servicios ha superado la capacidad de oferta local, elevando los precios, en especial en sectores clave como la vivienda y los alimentos”, precisa el informe del Dane.
El costo de la vivienda en Neiva es otro de los puntos críticos que aborda el informe. La ciudad ha visto un notable incremento en los precios de los arriendos y propiedades, impulsado principalmente por la expansión urbanística y la demanda de espacios habitacionales que no ha sido acompañada de un aumento proporcional en la oferta.
La situación afecta directamente a los habitantes de clase media y baja, quienes enfrentan dificultades para costear los altos precios de la vivienda.
Además, Neiva sufre de una limitada oferta en algunos productos, fenómeno característico de ciudades de tamaño intermedio. La disponibilidad restringida de ciertos bienes y servicios en comparación con las grandes ciudades genera un alza de precios por los costos de transporte y la falta de competencia en los mercados locales. La escasez de algunos productos, combinada con la dependencia de proveedores externos, agrava aún más el panorama.
Los servicios básicos también representan un componente importante del elevado costo de vida en Neiva. Según el informe, “los costos de servicios como agua, electricidad y transporte son relativamente altos en comparación con otras ciudades de tamaño similar”.
Esta diferencia se debe en parte a la infraestructura limitada de la región y a su ubicación geográfica, que plantea desafíos logísticos y de distribución para el acceso a estos servicios.
Además de Neiva, el estudio identifica a Bucaramanga con un índice de inflación de 1,36 %, seguida por Ibagué (0,83 %), Popayán (0,80 %), Florencia (0,62 %), Medellín (0,56 %), Tunja (0,53 %) y Pasto (0,47 %). Todas estas ciudades experimentan incrementos en los precios de manera notable, situación que refleja los impactos generalizados de la inflación en distintas regiones del país.
En contraste, el Dane también identificó a las ciudades con los índices de inflación más bajos, entre ellas Manizales, donde el IPC registró una variación negativa de -6,25 %, así como Cartagena (-5,58 %), Cali (-5,34 %), Valledupar (5,16 %), Sincelejo (-3,70 %), Riohacha (3,64 %), Santa Marta (3,52 %) y Montería (-2,64 %). Estas cifras reflejan una tendencia inversa, impulsada por factores específicos de cada región, como políticas locales de control de precios y menor dependencia de ciertos productos importados.
La disparidad entre el aumento de precios en unas ciudades y la reducción en otras se explica, en gran medida, por la economía diversa de las regiones colombianas. En algunas áreas, como el eje cafetero y la región caribeña, los factores económicos han propiciado una contención de los costos.
En cambio, en ciudades como Neiva, el contexto local continúa empujando los precios al alza, reflejando la influencia de factores estructurales que son más difíciles de revertir.