Según las versiones que maneja la Corporación, el animal “fue perseguido por pescadores de Tasajera desde el Puente de la Barra hasta Pueblo Viejo, capturándolo y atacándolo con palos, machete y amarrando su trompa, evitando que pudiera respirar”.
Sin embargo, hubo otros pescadores que se opusieron al ataque y llamaron a Corpamag, entidad que llegó al lugar cuando Julieta estaba ya “moribunda, con un ojo sangrando, con heridas en su cuerpo de 15 centímetros de profundidad y su costado punzado con arpón”, señala el informe de la Corporación.
Otra versión apunta a que los pescadores que la atacaron la confundieron con otro animal, y que por lo grande actuaron en defensa propia. Lo que sí se sabe hasta el momento es que una vez muerta, la manatí fue trasladada al Centro de Atención, Valoración y Rehabilitación de Fauna Marina de la Corporación, ubicado en el Acuario del Rodadero. En ese lugar los especialistas iniciaron la correspondiente necropsia.
Respecto a los responsables, la Armada Nacional, la Policía Ambiental y funcionarios de las alcaldías de Puerto Viejo y Ciénaga están investigando para dar con los responsables exactos de esta muerte, los cuales serán sancionados.
El rescate de Julieta
El pasado 5 de junio, la manatí quedó atrapada en las redes de unos pescadores en inmediaciones al Parque Tayrona, en Magdalena. Ante la situación, las autoridades le pusieron una correa para hacerle seguimiento, la cual había marcado que Julieta se movilizaba entre las playas de Pozo Colorado y el Puente de la Barra, en Santa Marta.
Esta manatí del Caribe es una especie declarada como altamente amenazada en la categoría de vulnerable. “Actualmente, se encuentra protegida por el gobierno y las autoridades ambientales para evitar su extinción, es por ello que se considera importante realizar todos los esfuerzos necesarios para cuidar los pocos individuos de manatíes que aún existen”, dijo la Corporación.
Por último, desde esa entidad se hizo un llamado a los habitantes de la zona y al público en general a proteger la vida de estos y los demás animales, con el fin de no repetir hechos como los que llevaron a la muerte a Julieta.
“Necesitamos más personas conscientes de la necesidad urgente de cuidar nuestra biodiversidad y empezar a cambiar estas prácticas que ponen en peligro el patrimonio natural”, concluyeron desde la Corporación.