Según denunció la joven y su padre (el sargento primero Alex Cárcamo), ella fue víctima de acoso, maltrato psicológico y otras arbitrariedades por parte de sus superiores.
Según relató este padre a Q’HUBO, estos hechos comenzaron a presentarse el año pasado en las instalaciones de la escuela, ubicada en la calle 80 con carrera 50 (Barrios Unidos).
“A mi hija le cortaron las alas”
“Mi hija fue víctima de abuso sexual por parte de dos superiores de la escuela. También sufrió bullying, acoso, inseguridad jurídica y abuso de autoridad desde junio de 2023, cuando ingresó al batallón de cadetes No. 2 (BACAD2) para iniciar el tercer nivel de su formación como oficial. Ella ya llevaba casi la mitad de la carrera, que dura cuatro años. Lo que pasó fue que el comandante de la compañía, el capitán M. Calderón, abrazó a mi hija, pero luego empezó a tocarle los senos y sus partes íntimas delante de los compañeros. Cuando mi hija se dio cuenta de esto, lo frenó, y desde ahí todo empezó a empeorar”, relató a Q’HUBO el sargento Cárcamo.
La joven, oriunda de la ciudad de Neiva (Huila), intentó comunicar a sus padres la difícil situación por la que estaba pasando, según le relató a este diario.
“Mi hija nos empezó a contar después de que el 16 de marzo de 2023 una teniente ingresó a la 1:00 a.m. a la garita donde dormían y comenzó a tocarle las partes íntimas a mi hija, e incluso la empezó a grabar, asegurándole que lo hacía para revisar que no se hubiera robado nada. Pero esto solo se lo hizo a mi hija, no a los otros compañeros. Ahí comenzó la persecución en su contra”, agregó el sargento Cárcamo.
Debido a estos episodios, la madre de la joven afectada decidió ir hasta la escuela acompañada de su abogada en el mes de abril de 2023, según relata el padre de Paola.
“Cuando mi esposa fue no le prestaron atención por ser civil. Por eso fui yo a hablar con el coronel encargado de la escuela, pero intentaron convencerme de que mi hija no estaba cumpliendo con lo que debía hacer. Decidí denunciar formalmente. Desde entonces mi hija comenzó a sufrir persecución por parte de varios superiores. Esto ocurrió durante varios meses; lo hacían para meterle presión y obligarla a renunciar. Luego de que ella presentara un informe el 16 de mayo, en el que denunciaba estas situaciones, la presionaron aún más. Doblaron su turno de centinela, lo que significa que la pusieron a trabajar una semana sin descanso. Para empeorar las cosas, en una salida a Tolemaida mi hija sufrió una lesión, pero no la atendieron como debían.
La presión que le metieron fue tanta que la hicieron pedir la baja. Esto la dejó muy desanimada porque soñaba con ser ingeniera civil al servicio del Ejército. Hemos presentado todas las denuncias, pero no nos han prestado atención. Por eso estoy exponiendo el caso, para que no sigan ocurriendo estas arbitrariedades y para que los demás integrantes del Ejército que están siendo víctimas de estos abusos denuncien, de manera que estas prácticas se detengan dentro de la institución”, concluyó el sargento Cárcamo.
¿Qué dice el Ejército?
“Respecto al documento que contiene los hechos publicados de un presunto acoso sexual, los mismos no fueron puestos en conocimiento de manera oficial por las vías establecidas en la Escuela Militar de Cadetes; sin embargo, se realizarán las verificaciones pertinentes para establecer los hechos de conformidad con los parámetros establecidos en la ley 1862 de 2017”, informó el Ejército a través de un comunicado de prensa.