Tres meses después de su captura por parte de la Justicia Penal Militar, Édgar Alejandro Rey Rubio fue condenado a más de ocho años de prisión por el asesinato de su compañero Diego Forlán Sandoval Botello.
La sentencia fue dictada el 30 de octubre, cuando un juez penal militar y policial, de conocimiento especializado, le impuso 104 meses de cárcel, después de que aceptara los cargos por homicidio.
Los hechos que llevaron a esta condena ocurrieron el 8 de julio en el Batallón de Infantería N°13 General Custodio García Rovira, ubicado en Toledo, Norte de Santander.
Ese día, ambos militares estaban participando en una formación de revista de armamento, un procedimiento rutinario en el que se revisa y verifica el estado de las armas de dotación.
Aunque en un principio se creyó que el incidente había sido un accidente, la investigación posterior reveló una serie de detalles que desmintieron esta versión inicial.
Según la Fiscalía, Rey Rubio y Sandoval ingresaron a un búnker del batallón, donde debían dejar sus cascos y chalecos para continuar con sus labores.
Mientras Diego se ocupaba de dejar sus elementos en el lugar, Édgar Alejandro tomó la decisión de cargar su arma de dotación. Sin mediar palabra alguna y en un acto imprudente, disparó, alcanzando a su compañero en el tórax. Este disparo resultó ser mortal.
Tras el impacto, los compañeros de ambos militares alertaron a los oficiales del recinto sobre la grave situación.
De inmediato, se realizó el traslado de Diego Forlán al centro hospitalario de Toledo, donde se le brindó atención médica. Sin embargo, debido a la gravedad de las heridas, fue necesario remitirlo a un centro clínico en Cúcuta para continuar con su tratamiento y recuperación.
A pesar de los esfuerzos realizados por el personal médico, las condiciones de Diego se deterioraron rápidamente. El 12 de julio, cuatro días después, falleció.
En respuesta a estos eventos, la Justicia Penal Militar abrió una investigación en contra de Édgar Rey Rubio.
La recopilación de pruebas y testimonios por parte de la Fiscalía permitieron establecer los hechos de manera clara y contundente, lo que llevó a la captura del soldado el 17 de julio.
Desde entonces, se llevó a cabo el proceso judicial que culminó con la sentencia condenatoria.
“El soldado Édgar Alejandro Rey Rubio tendrá que cumplir la pena impuesta en un centro de reclusión para integrantes de la Fuerza Pública”, decía el comunicado emitido por la Justicia Penal Militar.