El consumo de licor y los antecedentes de mala convivencia son las principales hipótesis que manejan las autoridades sobre las causas de la muerte de un abogado en Bogotá.
El crimen sucedió en la noche del sábado, 29 de junio, en un apartamento de la localidad de Chapinero, aunque el caso cobró relevancia tres días después, cuando se supo que había un presunto autor material detenido.
En el sitio vivía el abogado Andrés Felipe Restrepo, de 44 años, con un compañero de cuarto de 31, cuya identidad no ha sido revelada por las autoridades.
Los vecinos explicaron a los investigadores que escucharon una fuerte discusión, seguida de una pelea. Luego, el jurista fue acuchillado en varios oportunidades.
“El sábado se escuchó un problema entre los dos hombres que vivían en ese apartamento, la cual duró bastante rato. El problema fue por una cuestión de tragos, porque dicen que los dos estaban tomando en el apartamento durante un buen tiempo y que se escuchaba que estaban dentro de la habitación del agresor, quien estaba allí como arrendatario. En medio de la pelea, el tipo le dio varias puñaladas al señor. Hasta ahí supe. ¡Qué peligro! Con esos amigos, para qué enemigos”, dijo a Q’Hubo Bogotá un residente del sector.
Aunque lo alcanzaron a llevar a un centro asistencial, perdió la vida en el quirófano de la clínica Marly, al amanecer del domingo. El sospechoso es el compañero de cuarto, quien fue capturado por la Policía.
“Dicen que al asesino lo agarraron prácticamente in fraganti, lo encontraron con la ropa que tenía cuando cometió el crimen y con el cuchillo. Dicen que la borrachera y un ataque de ira lo motivaron a cometer tan espantoso crimen. Ese señor está loco para hacer algo así en medio de los tragos; por más problemas que haya, uno no piensa en hacerle eso a nadie. Cuentan que la familia del fallecido ya llegó desde Antioquia, al parecer desde Ituango”, sostuvo al citado medio otro vecino del barrio.
En las indagaciones posteriores, los vecinos relataron a los investigadores que los alegatos entre el abogado y el inquilino eran frecuentes, y que en ocasiones pasadas ya habían llamado a la patrulla del CAI de la Policía para que interviniera.