Lo que se perfilaba como una alegre y tranquila fiesta de cumpleaños en el barrio Gaira, en Santa Marta, terminó en tragedia cuando un niño de nueve años perdió la vida después de tragarse un globo desinflado que formaba parte de la decoración.
El menor, quien respondía al nombre de Cristian, estaba jugando con otros niños durante la celebración cuando un globo de la decoración se desinfló. En medio de la diversión, el niño comenzó a jugar con el globo y, en un descuido, se lo llevó a la boca, tragándoselo por error.
Los familiares del pequeño notaron de inmediato las dificultades respiratorias que comenzó a experimentar y, en un intento desesperado por salvarlo, iniciaron maniobras para extraer el objeto mientras llamaban a una ambulancia.
La ambulancia llegó rápidamente a la vivienda y los paramédicos trasladaron al niño de inmediato al centro de salud de la localidad. A pesar de los esfuerzos realizados por los médicos de turno, el menor no logró sobrevivir y fue declarado muerto poco después de su llegada al hospital.
Este trágico incidente ha conmocionado a la comunidad de Gaira, recordando la importancia de la supervisión constante en las celebraciones infantiles y el peligro que pueden representar los objetos pequeños y desinflados.
Las autoridades locales han expresado sus condolencias a la familia afectada y han reiterado el llamado a los padres y cuidadores para extremar las precauciones en eventos donde haya presencia de menores de edad.
¿Cómo actuar ante un atragantamiento en niños?
Tener conocimiento básico sobre primeros auxilios es esencial para la vida de cualquier ser humano, y mucho más importante cuando se tiene niños, respondiendo con efectividad en caso de emergencia.
Recuerde que la maniobra de Heimlich no es la misma para niños y adultos y, por eso, se debe saber cómo actuar según la edad del menor.
Es fundamental saber qué se debe hacer en caso de que un niño se atragante y corra el riesgo de asfixiarse. Seguidamente, es importante identificar si se trata de una obstrucción leve, en la que el niño todavía puede toser, respirar y hablar, o si esta es grave, dificultando la respiración, el habla y adquiriendo un color morado en los labios.
La mayoría de las obstrucciones leves suelen resolverse simplemente animando a toser al pequeño. En cambio, las más graves requieren, en primer lugar, contactar con emergencias, y, en segundo lugar, comenzar maniobras para liberar la vía respiratoria, que varían según la edad del menor.