Los ilegales, de hecho, una vez activaron el artefacto establecieron comunicación radiotelefónica para “celebrar” –lo que ellos creían– era un golpe contra la Fuerza Pública.
–¿Qué fue eso que sonó ahí abajo, qué fue eso que sonó tan sabroso?
–No ve que estamos es trabajando.
–Qué bien, hágale, que yo voy a estar pendiente a ver que pasa.
Esa fue la conversación radiofónica –interceptada por inteligencia militar– que sostuvieron aparentes miembros del frente Dagoberto Ramos minutos después de que detonaron la carga explosiva.
Era la 1:45 de la tarde y “abajo” estaba el cuerpo del niño y de dos civiles más que resultaron gravemente heridos. El hecho ocurrió en el puente Güengüe sobre la vía que conecta a los municipios de Miranda con Corinto. El niño se desplazaba para su colegio.
“Este cobarde hecho, producto del accionar criminal del GAO-r Dagoberto Ramos, deja preliminarmente varias víctimas, pobladores del sector, afectados por la utilización indiscriminada de estos artefactos explosivos que son una grave infracción al DIH y una flagrante violación a los DD. HH”, señaló la Tercera División del Ejército.
El departamento del Cauca es el escenario de una confrontación armada entre la Fuerza Pública y los disidentes tras la suspensión del cese al fuero regional decretada por el presidente Gustavo Petro el pasado 17 de marzo.
Un informe de inteligencia militar, obtenido por EL COLOMBIANO señala que alias Cholinga o “David” es el nuevo cabecilla del frente Dagoberto Ramos. Esa estructura ilegal está compuesta por 250 hombres armados.