Un sombrío episodio de violencia sacudió el tranquilo barrio de Chuniza, en la localidad de Usme, Bogotá, el pasado sábado alrededor de las 11:45 a. m., cuando Carlos Andrés Saavedra Patiño, de 25 años, fue brutalmente agredido por dos individuos en un acto de intolerancia que dejó consternada a toda la comunidad.
Según relatos de testigos presenciales, Saavedra se encontraba frente a la vivienda de sus padres cuando fue abordado por los agresores, desencadenando una pelea que terminó en tragedia. Conocido cariñosamente como ‘Carlitos’ por sus allegados, el joven se vio envuelto en una disputa cuyas motivaciones aún permanecen ambiguas para los residentes del sector.
“Lo que dicen es que Carlos ya no vivía aquí y que estaba visitando a sus padres. Creo que sí, porque hacía tiempo que no se le veía por aquí. Era buena gente; desde muy pequeño pasaba mucho tiempo en el barrio con sus tres hermanos y todos los conocían”, dijo a Q’Hubo Bogotá una vecina del barrio.
El conflicto escaló rápidamente cuando uno de los agresores sacó un arma blanca, apuñalando a Saavedra en repetidas ocasiones mientras los demás presentes miraban con impotencia. Saavedra fue gravemente herido, recibiendo puñaladas en el abdomen y cerca del pecho.
“Lo que dicen por aquí es que estaba tomando unas cervezas con varias personas, y que cuando llegaron los últimos dos sujetos al grupo el ambiente se puso tenso. De repente, uno de esos dos pelados empezó a pelear con ‘Carlitos’. La verdad, nadie sabe bien por qué o cómo empezó esa trifulca”, agregó al citado medio el testigo.
Desesperados por salvar su vida, tres jóvenes amigos de Saavedra lo llevaron a la avenida, a unas tres cuadras de donde ocurrió el ataque, mientras su madre los seguía, presenciando horrorizada el estado crítico de su hijo. Lamentablemente, Saavedra no resistió las heridas y falleció poco después de ser ingresado al Hospital de Meissen.
El responsable de este acto atroz se dio a la fuga, empuñando el arma ensangrentada, dejando tras de sí una estela de dolor y consternación en la comunidad de Chuniza. Los motivos detrás de este acto de violencia siguen siendo objeto de investigación por parte de las autoridades locales.
“Carlos era buena gente, siempre pasaba mucho tiempo en el barrio con su familia. Es lamentable lo que ha pasado, nadie merece ser víctima de tanta violencia”, expresó una vecina consternada por lo sucedido.
El barrio de Chuniza, ahora envuelto en luto, recuerda a Carlos Andrés Saavedra Patiño como un joven apreciado por todos, cuya vida fue arrebatada en un trágico episodio de intolerancia que deja un doloroso vacío en la comunidad.