En un caso que ha estremecido a la opinión pública, cuatro agentes de policía fueron capturados por su presunta participación en el asesinato del detenido Cristian Herrera Zúñiga, de 20 años, en la estación de Jamundí, Valle del Cauca. Las autoridades los acusa de golpear y torturar al joven hasta causarle la muerte.
Herrera Zúñiga, arrestado en febrero de 2024 por un caso de homicidio, supuestamente se escapó de la estación de policía y después de recapturado, fue sometido a un brutal castigo por los agentes.
El fiscal del caso relató en la acusación ante la Justicia Penal Militar que Cristian Herrera fue sometido a múltiples formas de tortura, incluyendo golpes con una linterna metálica y descargas eléctricas mientras estaba mojado y colgado de las esposas en las celdas de la estación.
El Teniente Coronel Jhon Eduardo Niño, fiscal militar y policial a cargo del caso, describió cómo Herrera Zúñiga fue torturado frente a otros detenidos, arrastrado para aumentar su sufrimiento, y finalmente asfixiado con una bolsa plástica.
“Sufrió descargas eléctricas mojado, su señoría. Sin ropa, colgado, atado de manos con esposas metálicas. En la espalda puede apreciar la misma clase de heridas, pero allí comenzamos a mostrar otro patrón que consiste en el arrastre que le hicieron los uniformados, para generarle más dolor, más sufrimiento. El cuerpo lo muestra, el cuerpo está hablando por sí solo. Finalmente le ponen una bolsa plástica, lo amarran y muere asfixiado”, narró el Teniente Coronel Niño.
El informe forense reveló un patrón de heridas circulares en la cabeza y el rostro de la víctima, todas ellas consistentes con los métodos de tortura descritos por el fiscal. Además, encontraron rastros de sangre humana en los objetos utilizados en el crimen.
“Cristian Herrera tiene un patrón de herida que inicia en la frente y lo tiene con el mismo patrón en su cabeza. Van a observar que las lesiones tienen un diámetro circular entre 1,5 y 1,4 centímetros. La misma lesión que tiene en la cabeza la tiene en el rostro, en la cantidad de oportunidades que le fueron producidas. Esa imagen que se ve un poco oscura, donde se ve el reflejo, es el resultado de positivo para sangre humana”, agregó el fiscal.
Los elementos probatorios presentados por la Justicia Penal Militar incluyen un ‘taser’ de los agentes, un balde azul y la linterna con la que fue perpetrado el asesinato, todos con evidentes rastros de sangre.
En total, cinco policías son investigados en relación con este caso. Uno permanece prófugo en Ecuador; los otros cuatro enfrentan cargos ante la justicia colombiana. Hasta ahora uno de los acusados aceptó su responsabilidad, mientras los otros tres se encuentran en proceso de negociación de pena.