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El gringo detrás de las capturas de 13 extranjeros pedófilos que se hacían pasar como turistas en Medellín

Tyler Schwab ha recibido reconocimientos de la Policía Nacional de Colombia por su labor en la lucha contra los delitos sexuales que cometen los extranjeros, principalmente sus compatriotas.

No se considera un justiciero, pero sí vino desde Estados Unidos a defender a las menores de edad que han sido víctimas de compatriotas suyos y otros extranjeros.

Tyler Schwab, representante de la ONG Libertas International, afirmó que tan solo en Medellín 85 menores de 18 años, la mayoría en condiciones vulnerables, han sido violentadas por extranjeros y su labor ha permitido la captura de 13 de ellos, además de un trabajo integral con las víctimas.

Trabaja en conjunto con la Dirección de Protección y Servicios Especiales (Dipro) de la Policía Nacional, la Fiscalía General de la Nación y el Grupo Especial de Investigaciones Interagenciales HSI /ICE de Estados Unidos. Su principal labor pasa por brindarle apoyo a las víctimas de estos extranjeros, quienes creen que en Colombia no existe la ley para ellos por su condición de visitantes.

Todo comenzó en 2019, cuando recibió una llamada para atender la red criminal de pornografía infantil que lideraba el estadounidense Víctor Galarza. “Me llamó un señor diciendo que tenía una niña que necesitaba apoyo y vine a Medellín para ayudarla. A partir de ese momento me quedé trabajando con este tema”, explicó Tyler, quien viaja constantemente entre Estados Unidos y Colombia.

Y los logros de la fundación binacional y las autoridades rápidamente dieron con la captura de la red de pedofilia liderada por Víctor Galarza, a quien capturaron ese mismo año. Meses después cayó quien sería uno de sus mayores aliados, el empresario Herbert Fletcher. Ambos fueron condenados entre 2022 y 2023 y actualmente purgan sus condenas de 17 años para Galarza y siete para Fletcher.

Pero a partir de entonces, comenzaron a aparecer masivamente víctimas de “turistas” extranjeros en Medellín, dejando en evidencia un fenómeno de explotación sexual que aumentaba a la par que llegaban más turistas a Medellín. El año pasado Medellín recibió 1,7 millones de visitantes. Obviamente, se trata de una minoría de criminales que se mezclan entre los miles de turistas que arriban a la capital paisa.

Hay una red de pedófilos

Aunque la mayoría de estos visitantes no tenían algún vínculo directo entre ellos, Tyler y los profesionales de su fundación aseguran tener conocimiento de una red que se encargaría no solo de distribuir el contenido de menores de edad, sino de dar indicaciones para conseguir a las niñas para explotarlas sexualmente.

“Tenemos un grupo en los que ellos simplemente van recorriendo las calles buscando niñas o a través de las redes sociales, principalmente en las zonas más vulnerables, pero también nos encontramos con grupos de pedófilos donde se comparten información de las menores, se dan contactos y a partir de ahí comienzan a cometer estos delitos”, explicó el estadounidense.

Uno de esos casos ocurrió a comienzos de este mes dentro de un apartamento del barrio La Floresta, oriente de Medellín, donde las autoridades capturaron a Dominick Divicenso, luego de que lo sorprendieran con, al menos, ocho denuncias de abuso de menores en este lugar.

“Él tenía muchos amigos y era muy activo en las redes sociales. Tanto así que cuando solicitaba los servicios de una trabajadora doméstica, realmente se sabía cuál era la finalidad, principalmente porque le gustaba abusar de las niñas”, manifestó Tyler.

Pero en estas redes no solo habría personas de Estados Unidos que sirven de enlace, sino que se está investigando si hay redes de proxenetismo desde Colombia, lideradas por algunas estructuras delincuenciales, que se encargarían de explotar a las menores para entregárselas a estos pedófilos con la complicidad de propietarios de apartamentos y administradores de establecimientos comerciales.

“Nos encontramos en el caso de alias El Químico (Richard Opalinski) que él alquilaba el apartamento y llevaba un año en él. Eran tantas las irregularidades que los vecinos denunciaban y que los dueños ignoraban. También pasó en discotecas y otros establecimientos en los que simplemente hacían caso omiso a los delitos que ellos estaban cometiendo, por lo que había una complicidad”, señaló.

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