Las exequias de Sebastián Aurela Sir se cumplieron en la mañana de hoy jueves 25 de enero. Entre sus familiares, amigos, vecinos y demás conocidos hay mucho dolor. Además del ambiente de tristeza y llanto, hay consternación por la trágica muerte del joven universitario. “Él era una calidad de persona”, se le oyó decir a uno de los asistentes a la funeraria Los Olivos en el sector El Gallo.
Todos rechazaban las versiones que se dieron a conocer por su homicidio, en el que se indicó que el ataque a bala al carro donde iba él, junto a una hermana y otros amigos, era directo contra el joven. “Eso es falso y hay razones para demostrarlo”, sentenció Willy Aurela, padre de la víctima.
Sebastián era un joven extrovertido, alegre, ‘mamador de gallo’, nunca se le vio envuelto en problemas, no tenía ninguna clase de vicios. Era estudiante de quinto semestre de ingeniería civil del Tecnológica Comfenalco, y el día de los hechos celebraba su cumpleaños, que si bien había sido el 19 de enero, decidió festejarlo el pasado domingo, 21, junto a amigos y otros familiares.
Ese día, describe el padre del hoy fallecido, le tocó presenciar una pelea en la que él, ni ninguno de sus acompañantes, estaban involucrados. Llegaron al lugar equivocado.
¿Qué ocurrió?
Cabe recordar que Aurela Sir recibió un impacto de bala en la cabeza en la madrugada del lunes 22 de enero cuando iba en un vehículo particular que hacía carreras, luego de salir de una discoteca en el barrio El Bosque.
Lo que relataron fue que “dentro de la discoteca donde estaban hubo un problema y ellos salieron, como muchos de los que estaban allí. Es un hecho aislado en el que él no tenía nada que ver. Allí dentro se hicieron unos disparos”.
Solicitaron una carrera y suben al carro. “Se dice que salieron unos tipos de esa discoteca repartiendo bala a varios carros, pues no solo fue donde iba mi hijo. A varios le hicieron disparos”.
El señor Aurela describe que Sebastián sabía que el problema no era con él ni con ninguno de ellos, y por eso esperaron en las afueras de la discoteca el vehículo que los iba a transportar.
“Sebastián le dijo al vigilante que le pidiera un carro y él esperó afuera. Eso quiere decir que si él hubiese sido el del problema, lo atacan en la misma discoteca. No tiene que esperar que pida un carro, para irse y después perseguirlo”, indicó.
Entre los hechos que le reafirman que el ataque no era contra su hijo por los impactos de bala que tiene el carro particular. El vehículo tiene los orificios en el vidrio trasero del piloto y Sebastián iba de copiloto. Son tres balazos los que se ven de ese lado.
Las personas que dispararon contra el carro salieron buscando, tal vez a los implicados en la riña y por eso disparaban a todos lados. Nunca se acercaron al carro, abrían fuego desde lejos y cuando pasaron el peaje de Ceballos, cerca donde está el reloj digital, fue que las balas los alcanzaron. “Una de las balas entra por la ventana de atrás y cuando mi hijo se agacha para protegerse de los tiros es que el impacto le da en la cabeza”.
De allí es llevado a un centro asistencial en medio de la confusión y de los familiares que lo acompañaban en el carro esa madrugada del 22 de enero. Eran las 3 de la madrugada.
En medio del dolor y tras entregar su versión de lo sucedido, todos tienen la certeza de la calidad de persona que era Sebastián, entregado a su familia y estudios.
“Eso no era contra mi hijo. Él No era pelao de problemas. Por circunstancias de la vida eso pasó en el momento en que no debió estar. Como todo joven salía a divertirse con sus amigos de manera normal. Así como le dieron a él, le pudieron haber dado a mi hija que también iba con él en el carro y a los demás que iban ahí y que nunca tuvieron nada que ver en esa pelea”, insistió.
La investigación
Por este hecho, la Policía Metropolitana de Cartagena inició las investigaciones del caso y está a la espera de que con cámaras de seguridad, entrevistas a testigos y pruebas que se recolecten puedan dar con la captura de los responsables para que respondan por la muerte del joven universitario, quien ese día salió a festejar su cumpleaños número 21.
Sebastián Aurela era el cuarto entre 5 hermanos y era el único varón. Residía en Turbaco en la Urbanización Altos de Plan Parejo.