Carlos Lehder aseguró este lunes que el cartel de Medellín tuvo estrechas relaciones con el gobierno cubano de los hermanos Castro para traficar cocaína hacia Estados Unidos, a través de Las Bahamas, y lamentó que ese negocio hubiera alimentado a esa “dictadura” y permitido que esa nación se quedará estancada.
“Yo contraté con el Gobierno cubano, autorizado por Pablo y por Gustavo, el primo de Pablo, contraté abrir Cuba para traspasar la cocaína hacia las Bahamas, no hacia Estados Unidos, hacia las Bahamas; después vi que con ese sistema no se podía negociar, entonces me retiré y le entregue eso a Gustavo y a Pablo, ya después me extraditaron y años después me enteré de que Pablo había hecho enormes negocios con la dictadura”.
Así lo afirmó Lehder en una entrevista concedida desde Alemania a W Radio. El exmiembro del cartel de Medellín acaba de lanzar un libro, “Vida y muerte del Cartel de Medellín”, en el que relata su vida como narcotraficante.
En su declaración sostuvo que fue invitado por el gobierno cubano e ingresó a ese país en su propio avión, para entrar en negociaciones con los hermanos Fidel y Raúl Castro, a fin de utilizar la isla como tránsito hacia Estados Unidos.
“Sin el permiso, sin la venia de Fidel Castro mismo, yo no hubiera podido ingresar allá, por eso Pablo me dio instrucciones: tiene que presentarse a los Castro, al mero mero, si no, no podemos hacer negocios con ellos y así sucedió”, relató desde Alemania el exnarcotraficante, quien vive en el país de su padre desde hace cuatro años, tras ser excarcelado en 2020.
Sostuvo que se retiró del negocio con los cubanos y fue asumido por Pablo Escobar, luego extraditado a Estados Unidos.
“Pablo continúo con esa línea, con esa ruta y mayormente era controlado en su totalidad por los hermanos Castro; pero le digo hoy que, sin jugar a ser adivino, que de no haber existido la putrefacta dictadura Castro-comunista de Cuba, La Habana sería hoy como Río de Janeiro, como la bella ciudad de Cartagena, como la bella ciudad de Panamá”, afirmó Lehder.
Respecto de su vida, el exmafioso afirmó que se dejó seducir por el dinero fácil, pese a lo estricto de su padre, un ingeniero alemán que se instaló en Armenia (Quindío).
“Sí, yo fui un bandido”, admitió Lehder, quien argumentó que a los 21 años y tras pasar dos años en prisión en Estados Unidos por tenencia de marihuana y robo de carros, regresó al país con la firme esperanza de llegar a su hogar pero su padre le negó esa posibilidad.
Admitió que se sumergió en el narcotráfico, tras partir muy joven a Medellín, sumado a “falta de moral” en el “corazón” y “falta de voluntad” como el resto de los colombianos para ganarse la vida como cualquier trabajador.
“El dinero fácil sale caro”, aseguró Lehder, en mensaje a todos aquellos que creen encontrar una salida a sus problemas en el negocio del narcotráfico.
“El narcotráfico tiene dos garantías: termina uno en la morgue o en la cárcel”, aseguró.
Ledher fue extraditado en 1987 a Estados Unidos y condenado a cadena perpetua más 135 años de prisión, pero logró una rebaja sustancial de su pena por la delación que hizo de los nexos del cartel de Medellín con el exdictador panameño Manuel Antonio Noriega.