El trágico accidente de tránsito que cobró la vida del capitán de la Fuerza Aérea Colombiana, Marlon Eduardo Arias Arias, el martes por la mañana en la carretera de Pamplona a Cúcuta, cerca de la entrada de Bochalema, dejó a sus familiares consternados. La sorpresa fue aún más impactante para ellos, ya que momentos antes del fatídico incidente, compartieron momentos de alegría con el capitán.
El hombre, de 28 años, quien desde el 2012 era miembro de la FAC, llegó a su natal Villa del Rosario la semana pasada para pasar sus vacaciones con su familia. Él se quedó en la casa de su papá y compartió con todos sus seres queridos.
El viernes, 5 de enero, el capitán Arias y varios de sus familiares decidieron irse a Bochalema a pasear y disfrutar.
Según relató una hermana de la víctima, la mañana del martes Marlon Arias decidió devolverse en una moto, de placa CQH91G, a visitar a su papá en el municipio histórico.
“Nuestro papá no quiso ir a Bochalema, pese a que nosotros le dijimos que Marliton estaba ahí con nosotros”, sostuvo la familiar.
Hacia las 11:20 a.m., Marlon Eduardo iba en la moto junto con un sobrino, de 9 años, y un árbol les cayó encima. El niño y el capitán quedaron tendidos sobre el pavimento.
El infante resultó lesionado, mientras que Marlon Arias quedó gravemente herido, siendo trasladado en una ambulancia hasta un centro asistencial de Cúcuta, donde falleció hacia las 2:40 de la tarde.
“Todo pasó muy rápido, cuando yo llegué a la clínica, nos dijeron que Marlon había fallecido, en el sitio varias personas dieron diferentes versiones, hay mucha confusión”, indicó.
Siempre quiso ser piloto
Disciplina, amor por su familia y dedicación a la aviación son las palabras que describen al capitán Marlon Eduardo Arias Arias.
Según la hermana de la víctima, él desde temprana edad les dijo a sus papás que cuando fuera adulto sería piloto de aeronaves, sorprendiéndolos porque esa es una profesión inusual.
“Aunque todos quedaron sorprendidos en ese entonces, él siguió inspirado en que algún día pilotearía los ‘pájaros de hierro’, con constancia y disciplina lo logró”, señaló la mujer.
El hombre recientemente había ascendido a capitán y vivía en Bogotá, donde se destacaba por su labor como piloto.
El rosariense es descrito como una persona amable, de pocas palabras y que tenía a su familia como su mayor prioridad, sobre todo su papá, quien siempre fue su mayor adoración.
Su mamá, la mayor inspiración
La mamá de Marlon Eduardo fue un apoyo importante en el sueño de ser piloto, ella lo motivó siempre para que él lograra su objetivo. Cuando el rosariense estaba a punto de cumplir su sueño, ella falleció.
“Él pasó los exámenes y por ese tiempo falleció mamá. Marlon no se ‘echó a llorar’, por el contrario, continuó con el proceso hasta ingresar a la Fuerza Aérea, motivándose en la memoria de nuestra madre”, contó la hermana del capitán.
Y añadió que él siempre se encaminó por la vida militar, al punto de que cursó su bachillerato en un colegio militar de Cúcuta, donde se sintió cómodo en medio de la disciplina y las costumbres de las fuerzas armadas.
“Él tenía varios reconocimientos, pero en estos momentos no tenemos claro ese tema, porque Marlon nunca hablaba sobre eso, era reservado”, indicó la mujer.