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Desgarrador: Lo mataron frente a su hija de cuatro años

Hay conmoción por el cruel asesinato de un hombre de 22 años. Sicarios le dispararon en varias ocasiones a la víctima que se encontraba departiendo con su hija de tan solo cuatro años.

En el sector Buenos Aires del barrio El Paraíso, en Turbaco, Bolívar, hay dolor colectivo y muchas preguntas. Nadie comprende las razones por las que acribillaron a Sandri Javier Arellano Ortiz, de 22 años, en la tarde del viernes, 24 de noviembre.

Según testigos, Sandri estaba sentado en el andén de una calle cercana a su vivienda, cuando aparecieron hombres en moto y uno de ellos le disparó en varias ocasiones. Cuatro balazos se alojaron en el cuerpo del turbaquero, según estableció el diario El Universal.

Todo ocurrió frente a una de sus hermana que, en ese momento, tenía en sus piernas y peinaba a la hija única de Sandri, una menor de 4 años que grabó para siempre en su mente el instante en que crueles pistoleros dejaron sin vida a su padre.

Los parientes auxiliaron a Sandri, llevándolo a un centro médico cercano, pero al llegar los médicos confirmaron que no tenía signos vitales. Todo ocurrió a las 4 de la tarde y frente a decenas de personas que a esa hora caminaban por la calle.

Desgarrador: Lo mataron frente a su hija de cuatro años

Sobre las razones que hubo para asesinarlo, su familia dice no tener conocimiento. En medio de su dolor y mientras hacen las diligencias para reclamar su cuerpo en Medicina Legal, le dijeron a este medio que el joven estaba buscando empleo.

“Él salió de prestar servicio hace apenas tres meses, por eso ahora estaba enviando hojas de vida a empresas, buscando un trabajo fijo para sostener a su familia, sobre todo a su hija. No sabemos por qué le hicieron esto. No lo merecía”, resaltó el pariente.

Sandri era muy conocido en el barrio y por redes sociales lamentan su muerte con conmovedores mensajes donde afirman que “vamos a extrañarte para siempre, dejas un vacío muy grande para tu familia y todos tus amigos y conocidos”, afirmó.

En Turbaco no ocurrían sicariatos desde el pasado 25 de octubre, cuando fue asesinado Javier Enrique Monterrosa Altamiranda, conductor de un motocarro que transitaba por la calle El Cerro, en el sector del Centro. Eran las 5 de la tarde.

Monterrosa Altamiranda, de oficio mototaxista, había dejado a unos pasajeros que solicitaron su servicio y decidió tomar la calle del Cerro para seguir buscando carreras.

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