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En tres meses, nueve personas se ahogaron en Cartagena: cuatro eran menores de edad

En los últimos tres meses, seis personas han muerto por inmersión en playas de Cartagena y otras tres en cuerpos de agua que desembocan en el mar heroico.

La frecuencia de estas tragedias encienden las alarmas de las autoridades y organismos de socorro quienes, en los últimos días han advertido sobre el aumento del oleaje, mar de leva y otros fenómenos climáticos. El pasado domingo las ráfagas de vientos alcanzaron una velocidad de hasta 30 km/h lo que hizo que la Capitanía del Puerto diera una alerta, con bandera amarilla, en las playas de la ciudad. Estas condiciones provocan mayor peligro para las embarcaciones y los bañistas.

Las víctimas

La tragedia más reciente fue a la 1 de la tarde del sábado (18 de noviembre) cuando el turista John Martínez Guerrero, de 23 años, desapareció en la recién abierta playa 5 de Bocagrande. Hasta el momento no ha sido hallado y Guardacostas no ha parado de buscarlo. El estudiante de derecho llegó ese mismo día, con nueve compañeros más, para vivir un fin de semana de ensueño.

Cuatro días antes, el pasado lunes 13 de noviembre, fueron reportados dos ahogamientos. Se trató de Orlando Fernández Ordóñez e Ignacio Polo. El primero, de 65 años y natural de Popayán, se ahogó mientras se bañaba cerca al túnel del Crespo. Ignacio tenía 16 años y llegó a las playas de Bocagrande, procedente de Santa Lucía, en Atlántico.

Octubre estuvo empañado por fuertes lluvias que provocaron inundaciones y dejaron decenas de damnificados en toda la ciudad. Ese mes cuatro personas se ahogaron, en hechos aislados.

El 4 de octubre la víctima fue Harry Corpas Castro, de 21 años. La Policía confirmó que el joven se ahogó al nadar hacia el lugar donde había quedado varado un jet ski que administraba en una playa de El Laguito.

En una playa de Crespo desapareció, en la tarde del 27 de octubre, Andrés Mauricio Vega Julio, de 16 años. Su cuerpo fue hallado dos días después, en La Bocana. El menor murió sin saber que había sacado las mejores pruebas Icfes de su colegio. Se graduaba de bachiller en unas semanas.

Al día siguiente, es decir, el 28 de octubre, el dolor y la incertidumbre se trasladó al barrio El Pozón. Allá desapareció, cuando se bañaba con dos amigos en un caño, Daniel Alejandro Graterol Castillo, de 17 años.

Su cuerpo fue encontrado el 31 de octubre en la Ciénaga de La Virgen, cerca a Tierrabaja, vereda de La Boquilla. Este caso provocó revuelo en la ciudad porque la familia del menor aseguraba que las autoridades no ayudaban con la búsqueda.

De no creer lo que pasó ese 31 de octubre. Cuando los organismos rescataban el cuerpo de Daniel, fueron informados de otra emergencia, también en la Ciénaga de La Virgen, a un costado del barrio El Líbano.

Al llegar confirmaron que José Alfonso Luna Orozco, de 13 años, estaba muerto. Se ahogó mientras jugaba con dos vecinos debajo de un puente, en La Perimetral. Soñaba con ser beisbolista.

En septiembre las víctimas fueron dos. El 17 de septiembre Jhonatan Stiven Ávila Rolong, un amante de las rodadas de motos, llegó a Playa Blanca, en Barú, para darse un chapuzón con sus amigos de rodada, pero desapareció y minutos después lo hallaron sin signos vitales. El joven era de Malambo, Atlántico y recorría todo el país con sus amigos.

A Kevin David Vargas Romero, de 32 años, siempre lo recordarán como un hombre familiar y trabajador. Él se ahogó mientras laboraba en el puerto de Pasacaballos, donde vivía con su familia. Ocurrió en la tarde del 27 de septiembre.

El hombre se encontraba en su horario laboral, haciéndole mantenimiento a las lanchas en el puerto, cuando desapareció en las aguas del Canal del Dique. Según sus familiares, Vargas usaba un equipo de protección, proporcionado por la empresa que lo contrató ya que su trabajo requería sumergirse debajo del agua para hacer los ajustes necesarios a las embarcaciones.

Recomendaciones

La Alcaldía, en un comunicado oficial, recomendó a bañistas acatar las órdenes de los salvavidas y guardacostas como lo es bañarse en las playas en horarios establecidos y no ingresar al agua en estado de alicoramiento o si acabó de ingerir alimentos.

Agregó que los niños y niñas deben estar bajo el cuidado de sus padres o adultos responsables, todo el tiempo. También pidió no bañarse cerca de los espolones, boyas ni en zonas de tránsito de vehículos acuáticos.

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