A seis días de cumplirse nueve meses del macabro feminicidio que se registró en el corregimiento Las Mercedes, zona rural de Sardinata, las autoridades no han tenido ningún resultado para esclarecer este hecho de sangre.
Mientras tanto, el dolor por la ausencia de Adriana Marcela Escalante Peñaranda, de 26 años, sigue igual de intenso en sus familiares desde el momento en que ocurrió la tragedia.
Aunque las autoridades tenían claras evidencias de que la expareja de la víctima sería responsable del hecho, hasta ahora no ha sido detenido. “Hubo rumores de que esa persona estaba muerta, pero es mentira, sigue por ahí como si nada”, explicó un habitante de Las Mercedes.
La relación
En el momento del crimen de la mujer, que dejó dos hijas de 6 y 7 años, se conoció que, dos meses antes del hecho, la expareja la golpeó brutalmente mientras le insistía en que volviera con él.
Pero, aunque en ese momento los familiares de la víctima aseguraron que ella había interpuesto una denuncia por este hecho, las autoridades insistieron en que no había registro ni en Fiscalía, ni en la Comisaría de Familia sobre este suceso.
Los dolientes afirmaron que ella había terminado hace más de tres meses la relación con el presunto agresor. Sin embargo, él la golpeó y ese fue el presagio de lo que iba a ocurrir.
La mujer alternaba su trabajo con la visita cada quince días a su familia en Cúcuta, donde compartía con su mamá, hermanos y sus hijas
Desde el momento en que se conoció el crimen, el coronel Jhon Robert Chavarro, comandante de la Policía de Norte de Santander, aseguró que se dispuso de un equipo de Policía Judicial con la Sijín y miembros de la Fiscalía, para que se avanzara en las pesquisas del hecho y así poder identificar plenamente al agresor y tramitar su captura, pero hasta el momento no hay resultados. Pese a esto, la comunidad de Las Mercedes lamentó lo sucedido y rechazó que ningún uniformado de la estación de Policía saliera a capturar al homicida, cuando el hecho se habría registrado cerca de la sede oficial.
“Acá tenemos una estación de Policía de adorno, porque los uniformados no salen a patrullar ni a atender casos por miedo, pues como ya les han disparado desde las montañas, entonces acá no hay autoridad alguna”, señaló un habitante de ese corregimiento.
