Sammy López González presentía que lo iban a matar y así se lo había hecho saber a algunos conocidos de él en los últimos días.
Sus temores comenzaron hace apenas cuatro meses, exactamente el pasado 6 de julio, cuando en un hecho confuso asesinaron a su hermano Carlos Junior López Cardales en el municipio de Turbana.
Esa premonición fue creciendo con el paso de los días y se avivó en la última semana, cuando se lo comentó a un allegado.
Al joven, de 19 años, lo asesinaron a los pocos minutos de salir de su casa, en la calle La Maravilla, del sector Central, en Olaya Herrera, en Cartagena.
El atentado ocurrió a la 1:30 de la tarde. Sammy había almorzado junto a su familia poco antes y a esa hora decidió ir a la tienda.
Apenas había dado unos pasos cuando un hombre que lo esperaba en una tienda se le acercó sigilosamente y le disparó a quemarropa y sin mediar palabras.
López González recibió un balazo en el rostro, otro en el cuello y tres más en abdomen, un brazo y una pierna. Su mamá, conocida en ese sector como ‘la Cachaca’, escuchó los disparos y salió al instante a ver qué sucedía.
Dos vecinos trasladaron en moto al joven al Centro de Atención Primario, de Olaya Herrera, que está cerca, pero los esfuerzos fueron en vano. Los médicos dicen que lo ingresaron sin signos vitales.
Del sicario se conoció por parte de testigos, que le dieron a esa información a la Policía Metropolitana, que escapó como parrillero en una moto de color negro.