Es la única del Partido Dignidad en el Congreso. A pesar de que votó por el presidente Petro en segunda vuelta, desde que inició su gobierno ha mantenido independencia.
Es Jennifer Pedraza, la representante a la Cámara que llegó como primípara al Legislativo a sus 26 años y se ha convertido en una de las voces femeninas revelación.
La congresista habló de su experiencia como feminista en una cancha dominada por hombres, de la reforma a la salud y de sus desilusiones políticas.
¿Cómo le va siendo una voz crítica después de apoyar a Petro en segunda vuelta de 2022?
“Hemos estado estrenando la independencia en el Congreso porque tradicionalmente veníamos acostumbradas a que eran la bancada de gobierno y la de oposición con los gobiernos anteriores. Sin embargo, en este gobierno creo que hemos tenido una oportunidad de plantear críticas serias, sustentadas y rigurosas al gobierno sin insistir en las fuerzas políticas que son del pasado”.
Usted ha estado pendiente de la reforma a la salud, ¿sigue firme en sus reparos?
“El presidente Petro en esto se parece mucho a Daniel Quintero: cualquier persona que los critica es uribista y financiado o pagado por las EPS. Presentaron una reforma que no tiene claro quién va a hacer los contratos del sistema de salud: quién va a contratar a las droguerías, hospitales y otros operadores del sistema de salud. Es una reforma muy delicada y pretenden que nosotros nos quedemos callados. Ha sido una actitud absolutamente soberbia y antidemocrática porque persigue a quien piensa diferente. Lo que tanto criticaban del uribismo”.
¿Ha visto autocrítica en los ponentes de la reforma?
“Con el tema de contratación no ha habido poder humano que haga que los ponentes expliquen. Casi se rompe la comisión accidental porque una de las ponentes señaló que quienes teníamos críticas podíamos ser cómplices de las EPS, que estas podrían poner en riesgo la salud de la gente y que nosotros teníamos que cargar con esa responsabilidad. Marta Alfonso lo dijo”.
¿Cree que ha sido alto el costo político de esa reforma?
“El presidente quiere dar la noticia de que pasó su reforma. Hemos propuesto que hagan un estudio derivado de las nuevas labores que la reforma les da a las EPS y pagarles sus costos administrativos. Eso es justo, pero debe haber un sustento técnico porque estamos hablando de la plata de la salud de los colombianos. Cada vez que se va a discutir y votar la reforma, se mueven ministros que representan partidos”.
¿Cómo así?
“Se llena la plenaria de ministros. La vez pasada estaba la ministra de Vivienda (Catalina Velasco), cercana al Partido Liberal, conversando con todos sus congresistas en la plenaria. El ministro de las TIC, Mauricio Lizcano, cercano al Partido de la U. El Ministro del Interior, el de Salud, hasta Jaime Dussán estaba. El gobierno le ha apostado a aprobar sus reformas como lo han hecho los gobiernos anteriores”.
¿Qué le parece lo más preocupante de ese proyecto?
“La reforma tiene unas cosas positivas, como el giro directo que permitiría una celeridad en la prestación de los servicios y mejorar las condiciones laborales del personal de salud. El problema es que tenemos que plantear una transición en la que no se interrumpa la prestación de los servicios. Hablando de un proceso de fortalecimiento que requerirá tiempo y plata, pero lo que no trae la reforma es tiempo ni plata”.
¿Qué opina del sistema de salud?
“Tiene unos logros en materia de afiliación, pero tenemos un problema en las zonas apartadas y un problema de infraestructura serio. Hay un problema de desigualdad porque hay más de mil municipios sin una sala de parto. No estoy feliz con cómo opera el sistema”.
¿Qué opina del trabajo que han hecho las EPS en estos 30 años?
“Es difícil reemplazarlas. Cuando estuvimos construyendo el programa presidencial con Jorge Robledo pensábamos en materia de salud cómo podemos avanzar. Hubo quienes dijeron que había que eliminar las EPS, pero otros plantearon que es difícil reemplazarlas de un momento a otro porque llevamos 30 años en los que se han concentrado sus labores y aprender todo lo que implica administrar el sistema toma tiempo”.
¿Cómo ve al gobierno con las promesas de género y mujer?
“Ese fue uno de los principales motivos por los que decidí votar por Petro en segunda vuelta y uno de los principales motivos que me desilusionaron. Mi primera tusa con el presidente fue que desde sus redes sociales reproduce mensajes en contra de las mujeres que denuncian ser víctimas de acoso y abuso sexual por parte de sus altos funcionarios. El presidente afirmó falsamente que Hollman Morris había sido declarado inocente. Tuvimos el caso de Víctor de Currea -Lugo y el del ministro Mauricio Lizcano”.
¿Es difícil ser feminista en la política?
“Muy difícil. En el país vas a encontrar que la mayoría de las mujeres se identifican con estas causas así no se identifiquen como feministas. Pero hay un feminismo que está en la tónica de respaldar cualquier decisión que el Gobierno tome porque es de “izquierda”. He recibido críticas, pero creo que el movimiento feminista ha sido el que más ha mantenido su independencia. Cielo Rusinque nunca ha sido parte del movimiento feminista, siempre ha estado del lado de los denunciados; Mafe Carrascal, que se pone sus pañuelos morados y verdes, felicitó a Hollman Morris cuando lo nombraron en RTVC”.
