Esta es la desgarradora historia de una joven mujer cuyo encuentro con un hombre en un bar en el municipio de Calima El Darién, en el corazón del Valle del Cauca, se convirtió en su peor pesadilla. El desconocido la secuestró y la sometió a inimaginables torturas.
Afortunadamente, la valiente víctima logró escapar y denunció su calvario ante las autoridades de la Policía Valle.
Sin embargo, tuvieron que transcurrir angustiosos doce meses hasta que, este mes, finalmente se logró la captura del agresor. El coronel Jesús Enrique Quintero, comandante de la Policía Valle, reveló que la víctima ejercía como trabajadora sexual en un conocido bar del municipio de Calima El Darién.
En un principio, todo parecía normal, y la joven no sospechaba del horror que le esperaba en las siguientes 48 horas.
«Fue llevada engañada a la residencia de este desconocido bajo la apariencia de ser una dama de compañía», narró el oficial. Pero una vez en la casa, el hombre cambió de actitud y comenzó a maltratarla física y psicológicamente, amenazándola constantemente con quitarle la vida.
Según el oficial, la víctima se vio inmovilizada mientras su secuestrador la agredía brutalmente con objetos en diversas partes de su cuerpo. «La amenazaba de manera constante, infligiéndole abusos físicos y verbales», subrayó el coronel Quintero.
La víctima experimentó momentos de angustia y sufrimiento insoportable debido a los violentos golpes. A pesar de sus súplicas por clemencia, el agresor se mostraba cada vez más cruel.
El calvario para huir
Después de dos días, la joven ideó un plan desesperado para buscar ayuda.
Insistió en que debía recuperar sus pertenencias, incluyendo ropa que había dejado en el bar. Tras mucha persuasión, el hombre accedió. Fue entonces, en un descuido de su secuestrador, que la joven logró escapar, a pesar del dolor y el miedo que la consumían.
La mujer se dirigió a la sede de la Policía y compartió su terrible experiencia, que comenzó el 13 de mayo de 2022.
A partir de ese momento, el Gaula de la Policía Valle y las unidades de inteligencia se embarcaron en una exhaustiva investigación para localizar al secuestrador. Gracias a pruebas, testimonios y evidencias, las autoridades finalmente lograron su arresto.
Según la Policía, el individuo tenía antecedentes por hurto agravado en 2012, así como acusaciones por presunto acceso carnal violento en 2018 y por el delito de fabricación, tráfico y porte de armas de fuego o municiones en 2020. Un juez ordenó su detención por un delito más en su larga lista de crímenes: secuestro simple.
En el momento de su captura, el hombre inicialmente proclamó su inocencia frente a los cargos.
Sin embargo, los oficiales de la Policía le recordaron su derecho a guardar silencio y le informaron que todo lo que dijera podría ser utilizado en su contra. También le garantizaron su derecho a un abogado y a notificar a un familiar.
El arrestado fue presentado ante la Fiscalía delegada ante el Gaula, y después de una audiencia pública de imputación de cargos, se dictó medida de aseguramiento en un centro penitenciario y carcelario por el secuestro de la joven, quien compartió su peor pesadilla pero logró sobrevivir.
