No existe ninguna duda de que el discurso del presidente Gustavo Petro ante la ONU fue editado para que pareciera con más aceptabilidad y apoyo del público.
Tras más de una semana por el escándalo de editar con aplausos falsos un contenido oficial del Gobierno, este miércoles por fin salió un funcionario a aceptar su responsabilidad en el montaje y explicar por qué lo hizo.
Se trata de Jairo Loaiza Castaño, el productor general y director de televisión de la Casa de Nariño que ha estado en ese cargo por años sin ser despedido por ningún gobierno de turno.
“Dichos aplausos los tomé de la cámara de uno de nuestros camarógrafos enviados como parte de la comitiva de prensa oficial para el cubrimiento de los eventos que se llevarían a cabo en la ciudad de Nueva York”, dijo Loaiza.
Y en eso tiene cierta razón, pues los aplausos sí existieron durante ese evento de la Organización para las Naciones Unidas, ONU. Sin embargo, la euforia que parecía responder al discurso de Petro en realidad se vivió luego de que el presidente estadounidense, Joe Biden, pronunciara su propio discurso ante los asistentes.
Así las cosas, el productor de Presidencia aseguró que la decisión la tomó el mismo y que lo hizo para “cerrar de manera apropiada la intervención”.
“Quiero dejar muy claro que absolutamente nadie me dio instrucción alguna de hacer lo que hice, ni la secretaria para las Comunicaciones y Prensa, quien sería la voz más autorizada, ni absolutamente nadie, repito que lo hice de manera autónoma, ni mucho menos el señor Hollman Morris que si bien es el subgerente de televisión de RTVC, en ningún momento toma decisiones sobre los contenidos generados por la Presidencia de la República”, aseveró Loaiza Castaño.
Pero no se trata solo de un video editado. El montaje ha sido calificado por los críticos del Gobierno Petro como “una mentira” y “un engallo” para “vender una falsa popularidad internacional que el presidente no tiene”, como dijeron algunos miembros del Centro Democrático.
“En mi trayectoria profesional de muchos años en televisión, he tenido que trabajar con muchos presidentes, y todos me merecen el mayor respeto y lealtad, conservando una ética de confidencialidad y confianza, lo cual durante décadas me mantiene muy tranquilo. Conozco bien mis límites y la normatividad que debo tener en cuenta sobre todo en temas institucionales y con base en esta consideración, no haría nada que fuera a comprometer los intereses y la reputación de absolutamente nadie”, concluyó el productor que asumió la responsabilidad de los hechos.