Debido a que no tenía recursos, el dueño de Estándar, un perro labrador de ocho meses de nacido, aceptó montarlo en una de las bodegas de un bus intermunicipal para que lo transportara desde Santa Rosa de Osos hasta Caucasia. Sin embargo, el perro no aguantó el viaje y cuando llegó al municipio del Bajo Cauca antioqueño, murió después de que lo bajaran del vehículo.
La muerte del canino se produjo el pasado jueves, todo porque lo transportaron dentro de una caja y un espacio cerrado como una bodega en un recorrido de 208 kilómetros, los cuales se cubren en un periodo de cuatro horas.
Según las versiones del caso, el conductor del bus le pidió que el perro pagara su pasaje, como si fuera otro usuario, para poderlo transportar sin inconvenientes. Al manifestarle el usuario que no tenía plata, la persona que manejaba el bus le propuso que lo llevaría en la bodega, argumentando que “no le pasa nada ahí”.
Raúl Ceballos, gerente de operaciones de Coonorte, empresa a la que pertenece el bus que transportaba al perro, indicó que en el recorrido, cuando pararon en Valdivia, “vieron cómo estaba el perro y lo notaron bien, sin problemas”. Eso fue cuando el viaje aún ni había llegado a la mitad de su recorrido, ya que entre Santa Rosa de Osos y Valdivia hay 85,3 kilómetros que se cubren en casi dos horas.
Al finalizar el recorrido en la terminal de buses de Caucasia y al sacar la caja en la que iba Estándar, lo comenzaron a notar con quebrantos de salud como fatiga y asfixia, por lo que la comunidad intentó brindarle los primeros auxilios, pero nada pudieron hacer.
“El perro llegó a Caucasia y se bajó del bus con vida. Al parecer, un ataque de calor o una asfixia le provocó la muerte, en un hecho que lamentamos como empresa”, dijo Ceballos.
De acuerdo con la normatividad, solo se exige cobro de pasaje adicional para los perros cuando superan los 28 centímetros de alto y que requieran este espacio. Adicionalmente, deben presentarle el carné de vacunación para evitar riesgos a los pasajeros.