Si eres de las personas que caminan descalzas cuando visitan las playas de Cartagena, ten cuidado. En esos suelos arenosos y húmedos pueden desarrollarse huevos de parásitos presentes en heces de perros y gatos, cuando estos no han sido correctamente tratados con medicamentos antiparasitarios.
Pero, ¿qué le puede pasar a tu piel si entra en contacto directo con estos parásitos? Una joven colombiana que vivió en carne propia esta desagradable experiencia decidió contarla en Tiktok, como una “lección de vida”.
Después de esto van a quedar traumatizados como yo y nunca van a volver a ir a la playa sin chanclas”.
Joven en TikTok.
Recordó que hace dos años visitó las hermosas playas de Coveñas, en el departamento de Sucre, y estaba “viviendo mi mejor vida sin saber que se me había metido un parásito en una pierna”. Comenzó a presentar signos y síntomas cuando regresó a Bogotá.
“Me salió como una pepita roja en la pierna y al comienzo pensé que era un mosquito o alguna alergia y la tuve así un par de días, pero con el tiempo noté que se iba esparciendo y también me rascaba mucho, especialmente de noche. No era dolor, sino como una rasquiña horrible solo de noche”, narró.
Con el pasar de los días por su pierna se extendió esa erupción cutánea rojiza y pruriginosa, obligándola a acudir al servicio de urgencias. Allí le ordenaron medicamentos pero no lograron diagnosticar qué estaba afectándola.
La erupción persistía y días después tuvo cita con un dermatólogo, quien le informó que lo que tenía era un parásito.
“El dermatólogo me dijo que la razón por la cual te rasca tanto de noche y te pica tanto de noche es porque los parásitos ponen huevos de noche”, recordó horrorizada.
Sobre el parásito
La joven detalló que fue afectada por la larva migratoria cutánea. Esta es causada por especies de parásitos Ancylostoma, cuyos huevos se desarrollan en las heces de los perros o gatos y se convierten en una larva infecciosa en suelos o arenas cálidos y húmedos, como la playa.
Cuando existe un contacto directo entre la piel y el suelo o la arena contaminados, las larvas penetran en las zonas cutáneas no protegidas, casi siempre los pies, las piernas, los glúteos o la espalda.
“Se llama larva migratoria (cutánea) y es muy frecuente en el popó de los perros y gatos y, por ende, es muy fácil que se le pegue a uno porque a veces las personas llevan a sus animales a la playa, los perros hacen sus necesidades ahí, no recogen el popó, y después uno camina por encima de eso o se acuesta encima eso y se da la transmisión por contacto entre la piel y la larva que está en el popó del animal”, detalló la afectada.
“Conclusión –agregó–, por favor lleven chanclas y una toalla cada vez que vayan a la playa, a la arena, no se acuesten sobre la arena, no lo hagan, porque no quieren que se les meta un parásito como a mí y después van a pasar noches horribles porque ni les cuento lo que se siente de noche cuando el parásito está poniendo sus huevos”.
Tenga en cuenta que aunque esta infección se resuelve espontáneamente después de unas pocas semanas, el malestar y el riesgo de infección bacteriana secundaria justifican su tratamiento. Además, la larva migratoria cutánea puede complicarse con una reacción pulmonar autolimitada denominada síndrome de Löffler, enfermedad en la cual los eosinofilos (un tipo de glóbulos blancos) se acumulan en el tejido pulmonar en respuesta a una infestación parasitaria.